Parte 10

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[hola, soy el autor, no se si lo notaron pero cambie los guiones por comillas, hay razon es especifico, pense que si hiba a especificar si era pensamiento o dialogo no valia la pena escribir dos simbolos diferentes en la misma linea ] 

Hitohito salió de su casa. A su lado, como una sombra elegante, caminaba Nube. La gente a su alrededor no podía evitar mirarlos y susurrar.

"¿Quién es esa chica tan hermosa?" murmuró una mujer a su amiga.

"Parece una modelo o una actriz," respondió la amiga, sin apartar la mirada.

Un hombre de negocios, ajustando su corbata, comentó a su colega: "Y ese chico con ella, ¿será su guardaespaldas? Tiene un aire peligroso."

Nube se inclinó hacia Hitohito, una sonrisa divertida en sus labios. "¿No te sientes incómodo con todos estos susurros? Es como si fuéramos celebridades."

Hitohito sonrió, su postura relajada y confiada. "En realidad, me halaga. Ya no me ven como alguien débil. Es... refrescante."

"Es cierto," asintió Nube, observando cómo un grupo de estudiantes los miraba boquiabiertos al pasar. "Tu entrenamiento intensivo durante estos meses ha dado sus frutos. Tu técnica de alto nivel ha transformado completamente tu apariencia y presencia."

"¿Quién diría que un par de meses de entrenamiento intenso podrían cambiar tanto?" reflexionó Hitohito, flexionando sutilmente sus músculos.

Mientras caminaban por las calles cada vez más concurridas, su conversación se centró en el futuro de la crew y los motivos de Hitohito.

"Sabes, Nube," comenzó Hitohito, su voz baja pero llena de emoción, "todo esto lo hago por diversión. El poder, la influencia... es como un juego para mí."

Nube lo miró con curiosidad, sus ojos brillantes e inteligentes. "Un juego peligroso, ¿no crees? Estás jugando con fuego, Hitohito."

Hitohito se encogió de hombros, una sonrisa enigmática en sus labios. "Tal vez. Pero eso lo hace más emocionante. La adrenalina, el riesgo... es adictivo."

"¿Y qué pasa si las cosas se salen de control?" preguntó Nube, su tono serio. "¿Has pensado en las consecuencias?"

Hitohito se detuvo un momento, mirando al cielo que se aclaraba. "Por supuesto que lo he pensado. Pero confío en mis habilidades, en mi inteligencia. Y te tengo a ti, ¿no? Mi as bajo la manga."

Nube sonrió, un destello de algo indescifrable en sus ojos. "Siempre, Hitohito. Siempre estaré a tu lado."


Finalmente, llegaron a la casa de Naja. Era una casa modesta pero acogedora, con un pequeño jardín en el frente. Hitohito tocó el timbre, y después de unos momentos, la puerta se abrió.

Naja apareció en el umbral, su cabello ligeramente despeinado como si acabara de levantarse. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Nube junto a Hitohito.

"¡Hitohito!" exclamó, una sonrisa formándose en sus labios. Luego, su mirada se posó en Nube y su sonrisa vaciló ligeramente. "Y... ¿Nube? No sabía que vendrías."

"Hola, Naja," saludó Hitohito con una sonrisa cálida. "Espero que no te importe que haya traído a Nube. Pensé que sería bueno tener una pequeña reunión."

Naja parpadeó un par de veces, procesando la información. "Oh, claro, no hay problema. Pasen, pasen."

Una vez dentro, Naja los guió hasta la sala de estar. Era una habitación acogedora, con sofás mullidos y fotografías familiares en las paredes. Hitohito y Nube se sentaron en el sofá más grande, mientras Naja tomó asiento en un sillón frente a ellos.

Un artista marcial promedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora