Kenai Wolbask...
Creo que mi vida no era tan mala.
Ella sostiene una navaja con seguridad y presionandola con mi cuello.
- ¿Quién demonios eres?
Su voz es seductora y autoritaria.
Sus manos están llenas de pulseras y sus dedos de anillos.
La navaja qué tiene en la mano es tan filosa que siento como una pequeña gota de sangre sale de mi piel. El mango de la navaja es dorado con un rubí en medio.
No puedo ver sus ojos porque están cubiertos por sus lentes.
Su respiración es agitada y rápida. Mi mano sostiene su cintura y con la otra sostengo su mano.
-Crees que si no hablas no te haré nada. Dímelo ya...
- Calma fiera. Mi nombre es Kenai Wolbask.
Su agarre se afloja y aprovecho para quitarle la navaja pero ella se da cuenta y la pasa a su otra mano cortándome en el momento.
Mi mano sangra un poco por el corte pero no es grave. Ni lo siento.
-¿Hombre? No puede ser... Se supone que iban a mandar a una mujer.
Su voz dejo de ser autoritaria y ahora tiene un toque de temor.
-Puedes tomar asiento en la sala, por favor. Necesito un minuto para pensar.
Camino dejándola sola y me siento en un sofá, ya quiero conocer a la chica que voy a cuidar.
Saco mi celular y le escribo a la pelinegra que ya llegue al lugar.
Después de unos minutos entra Aleska al departamento y me da una sonrisa deslumbrante para ir a la cocina.
Esto me resulta muy incomodo. Tal vez sea por que son mujeres y no convivo con ellas al menos que no sea para darle órdenes y entrenamientos.
O sea por el temor de hacer algo mal.
Escucho como tratan de disimular qué están discutiendo desde la cocina, pero de un segundo a otro escucho un grito. Creo que puede ser de la segunda chica.
Ella grito un:No puedo, no quiero que vuelva a suceder.
Pasan tres minutos y escucho unos pasos que vienen hacia la sala.
Aleska camina de la mano de la otra chica. Yo me levanto por educación para recibirlas, ya que el departamento no es mío.
Puedo ver que la otra chica es mucho más alta que Aleska, tal vez le lleva unos diez centímetros.
-Kenai, ella es mi hermana Valeska Morozov.
Siento una punzada en la cabeza cuando me la presenta. Ella es... La mujer que me atacó en la cocina es la que debo cuidar.
-Pero ella me atacó, como pudo encontrarme si se supone.. Emm bueno, que esta discapacitada.
-Tengo buenos reflejos y puedo sentirte.
Nada me da más curiosidad ahora que quitarle esos lentes y ver sus ojos.
-Lamento haberte atacó en la cocina, no sabía que vendría un francés en vez de una.
-Soy Brasileño, no francés.
Los tres quedamos en silencio, podría decir que ellas esperando que yo diga algo, pero estoy lo suficiente ocupado viendo a esa chica.
Sus piernas son largas y sus muslos son grandes, su cintura es pequeña pero sus caderas no. Tiene poco pecho pero le va bien a su cuerpo.
Sus brazos y dedos son largos, sus uñas son largas, blancas y afiladas.
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Mi Guardaespaldas |18|
RomanceNo pensé que me volvería a encontrar contigo. Jamás imagine que tu serias mi guardaespaldas y cuidarías de mí. Tus ojos me hechizaron, pero tu corazon me enamoró. No me importa si debo ir en el camino equivocado, con tal de estar a tu lado.