Capítulo 04

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Volábamos sobre Estelaria y ya estaba amaneciendo, cualquier preocupación que tuviese debido a mi escape la dejé atrás por un momento.

Los colores del amanecer se veían hermosos desde arriba, combinaciones de naranja, rosa, amarillo, rojo y un poco de morado pintaban el horizonte. De alguna forma, eso me reconfortó un poco, claro que había visto uno que otro amanecer desde el castillo, pero este era diferente, este le daba la sensación de que era libre, aunque no lo fuese en absoluto, a estas alturas, mi padre habrá despertado y cuando se diese cuenta de que me escapé, ordenaría buscarme en todo el reino. Quería creer que estaba haciendo las cosas bien. Todo esto era por un bien mayor.

Volamos más de 4 horas, yo estaba empezando a dormirme y el estómago me rugía del hambre.

—Princesa—escuché gritar a Kylian sobre el viento, estaba al lado mío volando sobre Agnes—Princesa.

Voltee a verlo, me hizo señales, entendí que quería que aterricemos al aldo de un río. Asentí con la cabeza y le dije Aurión que aterrizara junto a Agnes.

Cuando estuvimos en el suelo, me senté y comencé a sacar la comida de la canasta. También una botella de agua.

—¿Qué haces?—dijo Kylian viéndome extrañado.

—Desayunar. No te voy a dar nada por burlarte de mi equipaje.

—No, me refería a que, no te dije que aterricemos para desayunar. ¿Traes algún mapa? Seguro que no.

—Sí, Kylian, no soy tan inútil como crees.

Cogí mi mochila y saqué el mapa.

Él lo examinó detenidamente y se rascó la cabeza, parecía un poco frustrado.

—Hemos estado volando en círculos, se me hacía raro volar tantas horas y no haber llegado ya.—mientras él analizaba el mapa yo estaba comiendo unas uvas—Termina rápido, tenemos salir otra vez, ha pasado el tiempo suficiente como para que tu padre le haya ordenado a los guardias a buscarte.

—No lo creo, en las mañanas normalmente no lo veo, el problema será en la noche, cuando note que no he ido a insistirle que me otorgue el permiso para viajar contigo.

Se sentó también y puso el mapa en medio de ambos.

También lo observé y luego a él.

—¿Qué haremos?

—Volar hasta Vardatian, preguntar si tienen alguna cura y luego ir a Umbrarquia, pediremos ayuda para que nos hagan hechicen para que no nos puedan rastrear ni reconocer. El bosque es demasiado espeso, me quedaré con el mapa y lo usaré con mi brújula o no llegaremos nunca. debimos haber llegado hace una hora.

Me quedé callada, pensando.

—¿Por qué no haces el hechizo tú?

—No malgasto mi magia en princesitas.

Me quedé callada sin energía para contestar su insulto, me estaba hartando su actitud. Me estaba planteando seriamente como íbamos a hacer esto juntos.

—¿En tu ciudad, todos me odian también?

—No todos.—me miró con burla—Pero si la mayoría. De todas formas, que tan egocéntrica tienes que ser como para que lo primero que se te ocurra sea si te odian o no cuando hay problemas más serios. ¿Te has preguntado si quiera como mi gente está viviendo con los dragones enfermos? ¿Cómo todo el reino se las está arreglando?

Esencia de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora