❝ they see right through me. can you see right through me? ❞
𝒊𝒏 𝒘𝒊𝒄𝒉 | megara descubrirá que tal vez
aquello que sea su mayor problema no sea
la peligrosa profecía con fecha de expira-
ción, ni la criatura capaz de secuestrar a la
muerte mis...
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vi. que empiecen los juegos ! ━( the son of neptune )
No le agrado a Megara.
Puedo deducirlo por las veinticuatro veces (y contadas) en las que la he mirado en la cena y ella ha evitado mi mirada. En cada una de ellas. Puede que también por su expresión de horror cuando fui reclamado cómo hijo de Neptuno. O la manera en la que se abstuvo de decirme que mi oso panda estaba por ser masacrado por Octavio (probablemente eso fue lo que más me dolió).
—Has preguntado por la Quinta —dice Hazel finalmente, bebiendo de su sopa. Sacudo la cabeza, desviando mis pensamientos—. Por qué es la peor cohorte... En realidad, todo empezó mucho antes de nosotros.
Señala la pared del fondo, donde están expuestos los estandartes de la legión y recorro mi vista hacía todo mi panorama.
Espíritus del viento invisibles —aurai, según Hazel— habían servido a los campistas y parecían saber exactamente lo que quería todo el mundo. Hacían volar platos y tazas tan rápido que el comedor parecía un delicioso huracán. Yo había pedido una hamburguesa con queso y un extraño refresco de vivo color azul. Nadie parecía entenderlo, pero cuando lo probé, nada en el campamento me había puesto tan feliz.
—Esto me pone contento —les había dicho—. No sé por qué... pero es así.
Continuo viendo a Hazel. Asiento, atento y ya sin hambre. Por lo menos la comida del campamento estaba buena.
El comedor parece especialmente bullicioso esa noche. Las risas resuenan en las paredes. Los estandartes de guerra susurran desde las vigas de cedro del techo mientras los aurai van y vienen, manteniendo llenos los platos de todos.
Los campistas cenan al estilo de los romanos, sentados en divanes alrededor de mesas bajas. Los chicos se levantan continuamente y cambian de sitio, difundiendo rumores sobre a quién le gustaba quién y otros chismes.
—¿Ves el palo vacío del medio?
Dudo, pensativo.
—El águila. —menciono.
Hazel se queda pasmada. —¿Cómo lo has sabido?
Me encojo de hombros.
—Vitelio habló de cuando la legión perdió el águila hace mucho... la primera vez, dijo. Se comportaba como si fuera una desgracia terrible. Supongo que eso es lo que falta. Y por la forma en que tú y Reyna hablaban antes, supongo que han perdido el águila por segunda vez, más recientemente, y que tiene algo que ver con la Quinta Cohorte.
