Es un domingo por la madrugada, Renjun salió temprano de su casa, las tres y cincuenta de la mañana para ser exactos. No recordaba lo tranquilo que llega a ser el camino para ir al pueblo, tranquilo e inquietante porque a pesar de no temerle a la oscuridad, si es un poco extraño salir a esas horas, ni los propios agricultores están por ahí tan temprano. La razón por la cual decidió salir hoy es una la cuál ni él mismo sabe porqué está muy entusiasmado. O bueno, sí lo sabe, irá a otro de sus lugares favoritos a ver el amanecer junto a esa persona. ¿Una persona especial para él? ¿Cómo podría llamarlo? El alumbrado público y la escasa luz de luna era lo único brillante del camino cuando llegó al pueblo. La brisa de la madrugada logró alborotar los rizos poco definidos de su cabello, y pensar que la casa de los señores Lee queda cerca de un bosque frondoso y eso es igual a más viento.
Ahí estaba, ese vecindario con cosas del mismo color y la única que resalta entre todas es la de color crema con toques de verde oliva y tejas oscuras. Renjun abrió el portón, las rosas se veían fascinantes y sin espinas, Jeno no mintió al decir que su abuela lleva días con tijeras enormes podando medio jardín. Renjun vio por los vidrios de la puerta, había una lámpara encendida al fondo, la Señora Lee se levanta temprano los domingos para hacer su oración habitual de la mañana, además de hornear pan para el desayuno y cena, para preparar la masa en sí y que la levadura vaya haciendo efecto. Tocó varias veces la puerta porque a la anciana no le gusta escuchar el viejo timbre. Esperó algo impaciente, tanto que se sorprendió a sí mismo, seguro es solo la emoción, o también porque no le avisó a Jeno con anticipación. Torpe, torpe Renjun. Impulsivo Renjun.
La puerta fue abierta, interrumpiendo los golpes mentales que se estaba dando Renjun.
—Buenos días. —dijo Renjun sonriendo algo incómodo.
La Señora Lee se extrañó un poco, viéndose confundida y preocupada.
—¿Renjun? ¿Qué haces por aquí tan temprano? ¿Sucede algo?
Renjun negó casi con todo su cuerpo. ¿Por qué de pronto estaba tan nervioso?
—No, Señora Lee, todo está bien. —murmuró.
—¿Seguro? —preguntó con esa mirada de preocupación que era igual a la que le da su abuela. Renjun negó en respuesta un poco avergonzado por preocupar a la señora. En serio debe pensar las cosas unas cinco veces antes de actuar—. ¿Qué haces por aquí, muchacho?
—Vengo por Jeno.
La Señora Lee no se esperó eso.
—Tengo entendido que mi nieto no trabaja los domingos y tú tampoco. —dijo, levantando una ceja en sospecha.
—No lo hago, pero acordamos hace un tiempo algo. Bueno, yo se lo dije y nunca escuché un “sí”, pero tampoco un “no”.
La anciana se quitó el guante de la cocina y abrió la puerta para invitar al chico a pasar.
—Pasa. —dijo, Renjun entró en la casa, luciendo más pequeño de lo usual, temblando, inseguro de dar un paso sin que se lo digan—. Jeno se pone de malhumor cuando lo levanto antes de que suene su alarma, así que, sé precavido.
—Gracias. —dijo, mirando a la señora porque no sabe exactamente en qué habitación descansa Jeno.
—Segundo piso, última puerta. —señaló antes de ir de nuevo a la cocina a seguir con su tarea.
Renjun se dirigió a las escaleras, subiendo cada escalón con cuidado para no provocar tanto ruido, con cuidado porque se encuentra nervioso de dar un paso en falso o cometer un solo error. En el pasillo, solo una lámpara de pared fue suficiente para llevarlo a la última puerta, tocó dos veces, no tan fuerte, pero lo suficiente como para poder despertar a Jeno, pero en el tiempo que esperó, no hubo ningún ruido. Tocó de nuevo, pero esta vez como para pedir permiso para entrar. Él abrió la puerta, sin querer su mirada recorrió toda la habitación, un perfecto orden que solo era arruinado por la cama, Jeno durmiendo de costado entre muchas sabanas y abrazando a una almohada. En otra ocasión, Renjun podría echar un vistazo a cada rincón de la habitación, mejor dicho ser chismoso, empezando por la repisa llena de libros de todos los tamaños que gracias a la oscuridad no podía identificarlos.
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Everything I Know About Love
ФанфикDe la ciudad al campo. Dos chicos que no se han enamorado antes, que no saben cómo se siente o cómo se ve el amor romántico. ¿El amor es como en las novelas que ambos leen? ¿El amor se siente como un cálido abrazo? ¿El amor se ve como un atardecer...