Beautiful Stranger

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Jeno lleva más de un mes trabajando en la pequeña pastelería y si bien, al comienzo no fue lo que esperó, fue un poco difícil tener que adaptarse a los cambios, más que todo su rutina, pero era compensado por una buena compañía, tanto en el trabajo, como en casa. En los últimos días Renjun había estado saliendo en medio del trabajo para tener que hacer entregas, algunas veces venían por ellas y otras pues, le pagaban a Renjun para que las lleve. Jeno supuso que lo hace para tener algo de dinero extra, o en todo caso pagarle lo que es debido, pero Renjun parece disfrutar hacer entregas en bicicleta, mientras que Jeno, si es sincero consigo mismo, no le gusta quedarse solo. Se había acostumbrado tanto a la presencia de Renjun, el silencio entre ellos, que si bien a veces llegaba a ser sofocante, otras veces se sentía tranquilo.

Hace el intento por ser un poco más cercano al chico. Según él lo hace, aunque si lo piensa un poco más a fondo, responder las preguntas que hace Renjun no es la mejor manera para conocerse, además, desde hace un tiempo las preguntas empezaron a ser cosas sin tanta importancia, puede que para Renjun sí importen las preguntas con frecuencia de si descansa lo suficiente, cómo están sus abuelos, cómo está él, qué tal el día de hoy, etc.

Jura que intenta comunicarse, pero lo único que puede hacer es ver a Renjun, la sola acción de mirar, admirar, y no puede parar de hacerlo. Es algo de lo cual se percató hace unos días sin querer cuando había terminado de hacer el relleno de un postre de fresas y se quedó viendo a Renjun decorar unos pastelillos por un largo rato, tan largo que hasta que Renjun no cruzó miradas con él, Jeno no se dispuso a seguir trabajando. Es seguro que Renjun haya notado ya esto, pero prefiere ignorarlo. Jeno no quiere hacerse de hipótesis o una película en la cabeza, pero si lo ignora es por tres razones, tal vez le incomoda, pero no es capaz de decirlo; le parece divertido que lo mire hasta el punto de poder hacerlo si no lo atrapa en esto; lo ignora porque no quiere un ambiente laboral pesado. Sí, puede que sea la última opción. Obviamente puede distraerse, sus tareas designadas le ayudan mucho, pero incluso cada día al hornear, preparar, batir, limpiar y atender a los clientes, su mirada no puede evitar buscar a Renjun. El chico tiene algo que hace que no quieras apartar los ojos tan de prisa.

Jeno no sabe si es el cabello castaño oscuro brillante, la delicadeza de sus facciones, a la vez mezclado con una dureza en líneas marcadas, desde su mandíbula, hasta su nariz, o los mechones de pelo que a veces tapan sus ojos, y sus ojos, desde las pestañas hasta el color de ojos de Renjun tienen un encanto natural que Jeno no puede explicar.

Es de tarde, pronto el atardecer va a comenzar a caer y por esto es que Jeno se dispuso a cortar chocolate en barra que Renjun le dijo lo hiciera para la decoración de unas tartas. Le estaba dando la espalda, desde ahora lo tendrá que hacer, obligarse a sí mismo a solo trabajar y no permitirse distracciones. El sonido del cuchillo contra la tablilla de madera era el único ruido en la cocina. Renjun estaba por terminar los últimos detalles de las decoraciones de las tartas, faltaba el chocolate y las galletas encima. Jeno se había concentrado tanto en cortar que no se dio cuenta cuando la barra de chocolate acabó, estiró la mano para tomar el otro paquete, pero no estaba allí.

Se dio vuelta para buscar en la caja los últimos dos paquetes, tiempo suficiente en el que mirar a Renjun fue inevitable, el chico solo estaba allí haciendo su trabajo, luciendo lindo con su delantal amarillo y la expresión de su rostro al estar concentrado. Jeno regresó a su puesto y abrió el primer paquete para terminar pronto su tarea, sostuvo el cuchillo y comenzó por la punta de la barra de chocolate. No puede ser, Jeno acaba de darse cuenta que llamó a Renjun lindo, pero no es como si hace tiempo no estuviera pensando en buscar una palabra exacta para describirlo. En que su mente no pudo asimilar lo que acababa de admitir, sus acciones y reflejos se vieron apagados, Jeno cortó su dedo sin querer y por la sorpresa soltó un pequeño jadeo de dolor.

Everything I Know About LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora