Dance with you Tonight

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Un día.

Solo un día ha pasado y ese beso no es algo que Jeno pueda tratar como algo que no significó nada porque lo fue todo. Lo es todo. Es todo lo que quiere decir, pero las palabras se atoran en su garganta, se ahogan en el mar de sus miedos. ¿Por qué? No hay una respuesta, al menos no aún, y por ello es que está más callado que de costumbre. Jeno se está limitando solo a saludar y responder las preguntas que Renjun hace o lo que le ordene. Volvemos al principio. Pero es obvio que ninguno quiere eso y Jeno no sabe cómo debe actuar. Se supone que debería ser fácil para él considerando que tiene un poco más de experiencia en esto que Renjun. Experiencia tirada por la borda porque en ninguna de esas ocasiones Jeno de verdad sintió algo lo cual lo hiciera sentir ansioso, con un constante temor de hacer algo que hiera a la otra persona, con ganas de besar a alguien, con ganas de abrazar a alguien y eso que nunca ha considerado que el contacto físico fuese tan importante. Antes nunca había querido escuchar la voz de una persona.

Antes nunca había querido de verdad.

Jeno exhaló un suspiro, si sigue así es probable que le de algún bajón emocional a causa de cosas que antes seguro diría que no son tan importantes y ahora su mente es un lío. Hay cosas que están bastante claras y otras que no lo están. ¿Qué debería hacer a continuación? Conocerse mejor, pero ¿y luego? Salir, obvio tener citas, ir al parque, cenar juntos, ir a comer helado. ¿Y luego? Para este punto puede que grite de frustración porque si bien toda su vida se ha considerado alguien que realmente ama el romance, las cosas románticas y cursis, vivirlo es muy diferente a leer esas historias.

Cuando decidió que ya era mucho de pensar, volvió la atención a las galletas que se supone deberían llevar chispas de chocolate, pero Jeno les echó pasas.

¿Está actuando demasiado raro? Sí. ¿Distraído? Sí. ¿Torpe? También.

—Jeno. —dijo Renjun, provocando que Jeno diera un sobresalto.

Él se dio la vuelta, pero ocultando el desastre que había hecho. Echó a perder toda una masa de galletas porque la verdad nadie que conoce y mucho menos ningún cliente ha pedido una docena de galletas con pasas.

Renjun alzó una ceja e hizo un leve movimiento de cabeza.

Jeno negó para sí mismo.

—Estaba distraído, ¿decías algo? —preguntó con obvia vergüenza.

—Tengo que ir a hacer unas entregas porque no vendrán por ellas como habían acordado, pero al menos van a pagar extra. —respondió Renjun mientras se quitaba el delantal, yendo a la mesa y tomando las dos cajas de repostería—. Quedas a cargo.

Jeno apenas y tuvo tiempo de procesar todo. No, si es difícil pensar teniendo a Renjun cerca, ahora sin su presencia será mucho peor porque no habrá alguna distracción de pensar en él mientras lo mira por horas y su atención siempre termina en sus labios.

Sus labios...

De nuevo Jeno está mirando los labios de Renjun.

—¿Todo bien? —preguntó Renjun, ya que de nuevo Jeno se quedó mirando a un punto fijo en total silencio.

Jeno asintió no muy seguro.

—Vuelvo más tarde. —dijo Renjun con una sonrisa y salió de la cocina con ambas cajas en mano.

Cuando Jeno oyó la puerta cerrar supo que había quedado solo, y no quería estar solo, pero también estar con Renjun lo pone nervioso.

Limón entró a la cocina, se quedó justo debajo del marco de la puerta, mirando a Jeno por unos segundos. Esa mirada que lo acusa de ser un extraño, pero como le agrada a Renjun entonces no puede hacer algo más que mirarlo con recelo.

Everything I Know About LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora