Final

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Diciembre llegó más rápido de lo esperado y del mismo modo estaba por irse.

Jeno se encontraba ayudando a decorar la casa de Renjun para la celebración de fin de año, ya que van a pasar su primera cena de fin de año juntos al lado de sus familias y amigos. Pero al parecer, Jeno es el que está haciendo todo porque Renjun se había ido de la sala hace más de media hora, no estaba en el segundo piso y tampoco en la cocina. Lo bueno es que solo faltan algunas esferas en el árbol y centros de mesa, y Limón no molesta para nada las decoraciones. También va a ser su primer año nuevo con Abbi, que espera de todo corazón llegue sana y salva, confía en Karina para traerla a su gatita y otras pertenencias que no recuerda cuánto tiempo lleva guardando con su amiga.

Jeno recorría la sala con un brillo de anticipación en sus ojos mientras colocaba cuidadosamente las luces parpadeantes sobre las estanterías. Con esos últimos detalles se da por terminado todo. Pero ve que en la mesa hacen falta algunos postres y golosinas que se supone Renjun se debe encargar de eso, pero ahora que se detiene a pensar no recuerda cuánto tiempo estuvo solo en la sala y sin idea de para donde fue Renjun. Obvio no está en la cocina y en la habitación no cree que esté porque ya se había cambiado, entonces solo hay un lugar al cual Renjun pueda acudir. Dejó lo que estaba haciendo y se dirigió hacia la habitación contigua. La puerta estaba entreabierta, y al asomarse, vio a Renjun concentrado frente a un lienzo, con pinceles y pinturas esparcidos a su alrededor.

Renjun trazaba con cuidado las líneas sobre la tela. Cada pincelada parecía llevar consigo una parte de suma perfección, y Jeno no pudo evitar sentirse maravillado por el talento de su novio. Entró con cuidado al estudio y se acercó un poco para quedarse  allí, en silencio, observando cómo Renjun daba vida al cuadro con cada trazo. Sus pensamientos se desviaron una vez vio con detalle lo que su novio estaba pintando, un jardín lleno de rosas rojas, rosadas y violetas. ¿Ya había visto esto antes?

Sin querer, tropezó con un pincel que estaba en el suelo, casi cae, pero se sostuvo de la mesa en medio del cuarto, provocando que Renjun diera un sobresalto y volteara a verlo. Jeno sonrió un poco avergonzado, pero Renjun volvió la atención al lienzo.

—¿Sucede algo? —Jeno rodea con sus brazos a Renjun por la espalda y deja un beso en su mejilla—. No te había visto pintar desde hace unos meses.

—Es un regalo.

—¿Para mí?

Renjun voltea a ver a Jeno y niega con una sonrisa.

—No, ya tienes muchos cuadros. —respondió, riendo al ver el puchero que hizo Jeno.

—Pero siempre va a haber espacio para uno más.

Renjun vuelve al lienzo para terminar de pintar las últimas flores del jardín, aún le falta los detalles de la casa y el portón de piedra, ademas de agregar unas cuantas luces, pero ya será para después.

Jeno se aparta para darle su espacio y que se limpie las manos con un pañuelo, para luego recoger sus materiales de pintura.

—Entonces, ¿es para tus abuelos? —preguntó, viendo por doquier a ver si encontraba alguna pista, pero Renjun solo regala cuadros a sus abuelos por sus cumpleaños o aniversarios, rara vez una fecha que no sean estas.

—Es para los tuyos. —Renjun acomodó las pinturas en las repisas y fue por los pinceles para dejarlos en agua.

Jeno se sorprendió por eso y también un poco conmovido.

—Eso es lindo. Un gesto muy tierno.

—Creo que lo terminaré en una semana, apenas y tuve tiempo para pintar este mes porque ocupas toda mi atención.

Everything I Know About LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora