Capítulo 8 ☆彡

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— Unnie~ — la coreana corría detrás de Mina.

La japonesa se iba a dar vuelta, pero pronto sintió dos pequeños brazos rodeándola por detrás.

— Hola pequeña — se dio vuelta y decidió acariciar la cabeza de la menor, despeinándola.

— ¿Qué hacías, Mina unnie? — se arregló el cabello.

— La verdad que nada, solo caminaba — decidió seguir caminando mientras la pequeña Son, la seguía.

— ¿A dónde?

— Mmm, por ahí...— sonrió, dirigiendo su mirada a Chaeyoung.

— ¿Y puedo ir contigo, unnie? — preguntó con un tierno puchero. La menor deseaba pasar la tarde con Mina.

— Déjame pensarlo — se detuvo para hacerse la pensativa y molestar a la pequeña. En realidad, Mina no tenía nada que pensar, claramente quería que la pequeña Son estuviera con ella.

— Por favor, unnie...— pidió suplicante, sacudiendo el brazo de la mayor.

— Por supuesto que si. ¿Qué esperabas? ¿Creías que recibirías un no como respuesta? — se acercó rápidamente a la coreana y le hizo algunas cosquillas en el estómago.

— ¡Yah! ¡Unnie! — la risa de la pequeña Son era contagiosa. — ¡Unnie! ¡Unnie, basta! — trataba de alejarse, pero su mayor tenía bastante fuerza.

— ¿Qué me darás a cambio si yo me detengo?
— detuvo sus cosquillas.

— Te regalo un dibujo — Chaeyoung sabía cuánto Mina amaba las cosas que ella dibujaba.

— Esta bien. Acepto — agarró de la mano a la menor para retomar el camino. — Estaré esperando por tu dibujo, Son — Chaeyoung no fue capaz de contestar, su mirada estaba fija en cómo ambas manos estaban entrelazadas. Agachó un poco su cabeza para que la mayor no se diera cuenta del leve sonrojo en su rostro.

Estuvieron caminando sin algún destino en especial, hasta que a Mina se le ocurrió una idea.

— Pequeña — la llamo y Chaeyoung alzó su mirada. — ¿Quieres ir a comprar algunas gomitas? Después podríamos ir al parque, al que tanto te gusta — a la coreana se le formó una sonrisa de inmediato.

— ¡Si! ¡Si, Unnie! ¡Si quiero! — saltó de la emoción. Cualquier actividad que fuera con su unnie le emocionaba.

Sin más que decir, fueron a un negocio que quedaba cerca de donde estaban. Compraron de todo un poco. Gomitas de varias formas, sabores y colores. Claramente no podían faltar las favoritas de la coreana, sus gomitas de fresa. Luego caminaron hasta el parque preferido de la menor y decidieron sentarse junto al lindo lago que había. Estuvieron hablando y riéndose toda la tarde. Claramente no faltaban las caricias entre ambas, contando con los varios sonrojos que tuvo la pequeña Son.

Ambas eran el complemento de la otra

My Little Dream ⁞ MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora