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Noche

Aurora y Coryo después de ese beso se volvieron más unidos, todavía no había pasado nada obsceno entre ellos, ninguno lo había experimentado anteriormente, estaban bien así no les hacía falta nada.
Los dos se sentían tan amados que simplemente no se soltaban. No les hacía falta estar todo el tiempo juntos, no lo necesitaban. Pero Corto tenía problemas de apego ansioso, el si tenía que saber y estar con ella o simplemente tener su atención.
En palabras de Aurora el era un bebé, un niño pequeño.

Habían pasado dos semana que no se veían, Aurora no se había dado cuenta de ese pequeño detalle, estuvo demasiado ocupada con la panadería ya que se venía la época de los aumentos y todos compraban como locos, era comprensible.
Por otro lado, Coryo lo sentía una eternidad, sin ella no podía controlarse, había matado a la hija del alcalde por culpa de Sejanus, los quería ayudar a escapar. Se sentía culpable por no haber escondido el las armas, ahora estaban buscando a los culpables y seguro su cabeza decore todo el distrito a menos que escuchen la grabación de los pájaros.

Fue a casa de Aurora casi corriendo, obvio no le contaría lo que pasó en esas dos semanas. No quería que piense que el era un loco y que tal vez quería matarla, el no quería eso, ella tendría que tener su mejor versión.
Apenas Aurora abrió la puerta Coriolanus la beso, fue tierno, uno de reencuentro que expresaba todo lo que habia pasado. Aurora se separó por la falta de aire pero Coriolanus volvió a plantar sus labios en los de ella.
-¿Está tu madre?- Dijo entre el beso, no se separaría de ellos, eran tal dulces.
-No, se fue hace un rato- Lo agarró de la nuca para intensificar el beso, el momento había llegado. Dos jovenes que no se veían hace tiempo y además estaba solos, era obvio lo que iba a pasar.
Al escuchar eso Coriolanus la agarró de su cintura y la puso en la mesa, Aurora abrió sus piernas dejando que Coryo quedé entre ellas. Se separaron y volvieron a besarse, en un movimiento tímido Aurora metió su lengua buscando la del contrario, que con gusto aceptó.
Coriolanus sintió que algo apretaba sus pantalones, Aurora al tener a Corto entre sus piernas también lo sintió y soltó un jadeo mientras movía sus caderas queriendo más de aquel.

De un momento al otro ya estaban en su habitación, Coryo le abrió las piernas y le sacó su clásico vestido dejando la en ropa interior. Empezó a besar su cuello dejando varios chupetones en el. Le encantaba el aroma que ella amenaba, era a fresas dulces, podría estar en su piel hasta sus últimos días. Bajo sus besos en todo su cuerpo hasta llegar a su abdomen, miró arriba para tener la aprobación de esta, ella solo asintió. Bajo sus bragas empezó a masajear su clítoris en círculos, ella soltaba pequeños gemidos, nunca se había masturbado entonces esa parte estaría más sensible aún.
Coriolanus dejo de hacer ese movimiento y miro dudoso su vagina, se decidió y empezó a chuparla, primero lento y luego rápido, Aurora gemia demasiado, ya estaba por acabar. Dio un chupetón largo para que luego Aurora suelte un gritó y se venga en la boca de Coryo, el se lo tomó gustoso y le sonrío.
-Dios, donde aprendiste eso?- Apenas podía respirar.
-Libros- Dijo juguetón, le saco el brasier dejando ver sus senos medianos y redondos, era perfecta.
Aurora se subió encima de el besándolo más fuerte, Coryo se sorprendió de tal atrevimiento pero gustoso lo siguió.
Aurora empezó a moverse en círculos sobre su bulto dejando varios jadeos de parte de ambos. Aurora hacía la fricción cada vez más fuerte.
-Cariño, duele- Aurora paró y le bajó los pantalones sin previo aviso, Snow no se inmutó en lo absoluto, al contrario le sonrío.
Bajo los boxers de Coryo dejando que su miembro salga disparado y choqué con su cara. Aurora miró sorprendida el tamaño, no se lo esperaba y menos si era el primer pene que veía.
Lo empezó a masturbar lento y luego rápido, chupaba la punta de vez en cuando para torturarlo más. Gemía a más no poder, Aurora no podía ser más perfecta.
La tomo y la sentó encima de el haciendo que su vagina y su pene chocarán. Ella lo puso en su entrada mientras soltaba jadeos.
Coriolanus empezó haciendo movimientos lentos para que se acostumbrara al tamaño al ser virgen.
-Ya puedes- Gracias a la petición de Aurora Snow daba embestidas lentas, ella jadeaba. Noto que movía sus caderas inconcientemente, eso le dio la señal de que quería más. Sus gemidos y sus cuerpos chocando era lo único que se escuchaba en la habitación y fuera de esta.
~Coryo~ Le dió todavía más fuerte, le excitaba escuchar cómo gemía su nombre.

Luego de unos quince minutos los dos acabaron, Aurora temblaba, Coryo la acostó y tapó, le acaricio el pelo hasta que quedará plácidamente dormida. La mejor noche sin dudas, antes de la tragedia

BAKER. | SNOW Donde viven las historias. Descúbrelo ahora