-'๑'-Advertencias: Relación establecida, sexo enojado, sexo duro, bofetadas en el culo/coño, ¡dom!Sukuna, sexo sin protección, creampie, menciona la cría, nombres de mascotas, pequeña pelusa al final.
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Hiciste todo lo posible por mantener la calma, pero el hecho de que te pasaras todo el día limpiando la casa mientras tu novio, Sukuna, no hacía nada te hacía hervir la sangre.
Normalmente ayudaba y ambos os repartíais las tareas a partes iguales pero hoy se ha pasado todo el día jugando a su juego. Joder. Que día.
Las lágrimas te escocían los ojos mientras seguías doblando la colada. Tenías tantas ganas de entrar en la habitación, arrancar el juego de la consola y tirarlo por la ventana, pero sabías que lo mejor era intentar hablarlo con calma.
Cuando terminaste de lavar la ropa, entraste en la habitación y decidiste enfrentarte a él.
"Sukuna, tenemos que hablar", le dijiste con los brazos cruzados.
Ni siquiera apartó la mirada de su juego para reconocerte.
"Hablo en serio, tenemos que hablar, ahora" alzaste la voz mientras hablabas.
"Si ok, en un minuto ____ estoy en medio de esto ahora mismo" dijo mientras continuaba mirando la pantalla frente a el.
Esa mierda te llevó a tu punto de ruptura. Después de trabajar duro todo el día asegurándose de que tu casa está impecable tuvo la audacia de ignorarte??
"Ves esta es la mierda de la que estoy hablando. Vete a la mierda, Sukuna, no haces más que cabrearme", le dijiste sin rodeos, a pesar de que luchabas contra las lágrimas.
Finalmente levantó la vista del juego y te lanzó una mirada de desconcierto. Se sorprendió al oírte insultarle, algo que rara vez hacías.
Te alegró que por fin te reconociera pero el hecho de que te costara ponerte en voz alta te enfadó aún más.
"Eres patético. ¿En serio quieres decirme que tengo que hablarte así para llamar tu atención? Jodidamente ridículo"
Te diste la vuelta para salir de la habitación y poder tomarte un minuto para respirar pero sukuna se levantó y te agarró del brazo.
"¿Cuál es tu problema?", preguntó mientras te sujetaba.
"¡No me toques!", le gritaste mientras intentabas empujarlo con la mano libre.
Rápidamente agarró tu otro brazo y ligeramente te inmovilizó los dos para que no pudieras moverte. Intentaste zafarte de su agarre, pero era demasiado fuerte. Suspiraste derrotada y miraste a tu novio con lágrimas en los ojos.
