~novio ~

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Que estaban viendo sus ojos?, era acaso posible lo que miraba?, acaso no era ese el chico de cabello rubio?, pretendía volver a dañar a su hijo?.

Yagi estaba atónito, desde que tuvieron la plática sobre lo sobreprotector que era, había dejado de ir a recoger a izuku a su escuela, pero justamente hoy había salido temprano , por lo que decidió ir a recoger a izuku, la llegar fue como revivir un recuerdo, pues logro ver a su hijo sentado en una barda siendo acompañado con aquel chico de cabello rubio, que aquella vez lo vio golpearlo.

estaba por salir del auto, más izuku se dió cuenta de su presencia por lo que se despidió del chico y se dirigió al auto de su padre, yagi noto algo extraño en izuku, a diferencia de la última vez que lo vio con aquel chico, en esta vez se encontraba más animado incluso podía notar una pequeña sonrisa en su rostro.

No quiso tocar el tema pues no lo sentía necesario, izuku estaba bien, incluso se podría decir que estaba más feliz de lo normal, como es que apenas se daba cuenta de su cambio?, y no hablaba solo del cambio emocional sino también el físico, pues estaba empezando a presentar varios rasgos característicos de un Omega como lo son las caderas que ahora que lo veía eran más anchas así como sus muslos, también notaba sus pechos un poco más crecidos, no tanto como los de una mujer pero si lo suficiente para notarse, su rostro que siempre fue de porcelana ahora se miraba más delicado, en si todo en el era más delicado.

Pero ese no era el punto el punto aquí era que ahora después de un mes de haber visto a su hijo con aquel chico a la salida de la escuela, ese mismo chico rubio se encontraba ahora parado en la puerta de su casa vestido como todo un delincuente, acaso quería secuestrar a su hijo?.

–vengo a recoger a deku– dijo el joven

Eso dejo en un pequeño shock al rubio mayor, acaso había dicho recoger. Estaba por oponerse pero rápidamente su hijo se paró frente a él,

–kachan que bueno que llegaste–saludo izuku

–hola nerd, nos  vamos?–pregunto el oji rojo extendiendo su mano,

–si, adiós papá – dijo alejandose de la Casa, tomado de la mano de aquel rubio, se quedó viendo como su hijo se alejaba, y se olvidaba de que ese viernes habían planeado una noche de películas.

Esa fue la primera de muchas veces en que su hijo le cancelaba algun tiempo padre e hijo por ir con ese delincuente. Fueron meses de tortura pero lo peor apenas venía, cuando una tarde al regresar del trabajo se encontró con su esposa cosinando curri picante, aún sabiendo que izuku no come nada de picante, cuando pregunto ella dijo que era una sorpresa y que lo sabría más tarde, de igual forma se encontró con izuku, quien estaba arreglándose como si fuese venir el presidente a su casa.

Aunque le parecía extraño el actuar de su familia, estaba cansado del trabajo por lo que decidió no prestarle mucha atencio, una vez cambiado,  fue a la cosina a degustar de la exquisita comida de su esposa, pero ella no lo dejo tomar ni una probada.

Tubo que esperar sentado en el sillón con el hambre sintiendo que sus tripas se comían entre si, al poco rato vio bajar a izuku completamente arreglado, se sorprendió al ver que incluso se había puesto un poco de labial.

Al poco rato sonó el timbre de la casa, y su hijo corrió como si su vida dependiera de eso solo para ir a abrir  la puerta.

Pudo ver cómo su hijo entraba con un ramo de rosas y detras de el estaba su peor pesadillas, ese chico rubio con pinta de delincuente.

Solo hasta que aquel chico estubo sentado en la mesa fue que su esposa lo llamo para comer. La plática fue amena para los dos peliverdes y el rubio menor, pero para yagi fue incomodo tener que soportar la presencia de aquel chico en su casa.

cosas de ser PapaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora