Capítulo 1

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Pov Beatriz

Apenas regreso de Cartagena, Nicolás me pone al corriente sobre todo lo que ha ocurrido durante mi viaje, los documentos que dejé no sirvieron para finalizar mi relación con Ecomoda y eso ha generado un caos en la empresa.

Mi ex jefe no se quedó conforme diciéndole a mi papá todo lo que hicimos con la empresa, sino que también fue capaz de hacerlo dudar de mí, asegurándole que mis intenciones eran quedarme con su patrimonio, no puedo entender cómo llegamos a este punto, pasó de confiar ciegamente en mí, a desconfiar absurdamente de cada uno de mis movimientos.

Hice todo por él, absolutamente todo, más allá del engaño y de todo lo que pasó entre nosotros, me duele demasiado su desconfianza, creí que me conocía tan bien como yo lo conozco a él, esto me confirma que jamás dejé de ser una simple empleada, una secretaria, la asistente que cumplía con cada uno de sus caprichos, la persona que soportaba su neurosis sin inmutarse.

El camino recorrido junto a doña Catalina, me sirvió para entender que tengo que concentrarme en mí y en mi bienestar, no puedo continuar dirigiendo mi vida en función de los demás, siempre he puesto a mi familia por sobre todo, después a él, ¿en qué punto de mi vida aprendí a quererme tan poco?

No reniego de la enseñanza de mi padre, el deber poner a mi familia por sobre mis propias necesidades, pero no puedo continuar tomando decisiones en función de lo que los demás sienten, y aunque mi aspecto es completamente diferente, el viaje con doña Catalina fue mucho más profundo por todo lo que implicó en mi interior.

Aprendí que yo soy la única responsable de lo que llevo dentro y fue allí donde tomé la decisión de dejar ir el enojo y la indignación por todo lo que me hizo, a pesar del dolor que siento por no poder estar cerca del hombre que amo, entiendo que no soy culpable por haber sido engañada, no soy culpable por haber actuado guiada por el amor, hoy sé que el amor más grande, es el que debo sentir por mí misma.

Me levanto temprano en la mañana, además de resolver el conflicto con Ecomoda, tengo que comenzar a pensar en mi futuro, debo decidir si lo que quiero hacer es, aceptar la propuesta de trabajo de doña Catalina o comenzar a buscar otras opciones.

-Buenos días mamita, ¿cómo amaneció?, ¿qué le pasó con las gafas?- mi mamá se acerca a revisar mis estropeadas gafas, mientras mi papá, sentado en la mesa, me mira extrañamente, no sé si es por la forma en que me veo ahora, o por todo lo que sabe que hice en Ecomoda.

-Me quedé dormida con ellas, cuando tenga un momento paso por la óptica a arreglarlas- aunque no tengo apetito, ocupo mi lugar al lado de Nicolás, no quiero comenzar una pelea por intentar saltarme el desayuno.

-¿Y si las cambia? ¿cómo que ya están viejitas no?- por más que intenta, mi mamá no puede poner la pata en su lugar.

-Puede ser mamá, ¿q'hubo Nicolás, alguna novedad?- mi pregunta no interrumpe que muerda el primer bocado de su desayuno, traga, toma un sorbo de jugo de moras y recién ahí decide responder.

-No Betty- responde aún con la boca llena, creo que todavía le cuesta mirarme y verme tan diferente.

-¿Sabe si podríamos encontrarnos con los abogados? quiero que me digan que debo hacer para salir de esta situación- necesito no tener nada que me ate a Ecomoda, tengo que librarme de ellos a como dé lugar.

-Los llamo y organizo una cita- se levanta para marcarle a los abogados, pero el teléfono comienza a timbrar, Nicolás atiende, me hace miles de caras que no logro descifrar, hasta que tapa el tubo para decirme de quien se trata.

-Don Roberto quiere hablar con usted- creo que no podré librarme de los Mendoza tan fácilmente como esperaba, me levanto bajo la atenta mirada de mi papá, y contesto la llamada.

LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora