⚜️III⚜️

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Después de que su alarma sonara, se bañara y cambiara, bajara a desayunar y se despida de su madre; Marco lo recogió a unas esquinas de su casa para llevarlo a la escuela sin que tuviera que caminar o tomar el bus. No había tenido una noche muy cómoda, así que irse con su novio le ayudó de mucho.

Hoy, le dolía mucho la cabeza y se dijo a sí mismo que era por haber durado mucho sin poder conciliar el sueño o, también, porque estaba demasiado preocupado por los exámenes que vendrían.

Al llegar a la escuela, Carlo se iba a despedir como siempre de Marco en la entrada, pero al momento en el que su novio se bajó de la moto para darle un beso, Anne llega y sostiene a ambos de los brazos y se los lleva dentro del recinto de una manera rápida y ansiosa.

Ambos jóvenes no supieron que decir por tal acción.

—¡Hey! Yo no estudio aquí.— protesto Marco, pero la joven hizo oídos sordos ante sus palabras. Pues, ella solo estaba cumpliendo con sus deseos.

—Cuando terminemos me lo agradecerás.— aseguró. El de cabello marrón no dijo nada, prefiriendo no pelear. Él era una persona pacífica, así que no le costaba mucho contenerse al momento de discutir o pelear con alguien.

Claro, todo depende.

Fueron llevados a la biblioteca y fueron sentados en la mesa en donde habían estudiado el día anterior. Frente a ellos se encontraban Lucas y Tayler, quienes también tenían una expresión de no saber lo que estaba pasando. ¿Anne, por fin se había vuelto loca o simplemente estaba planeando una sorpresa por el cumpleaños de alguien? Solo ella sabe.

—Bien, se preguntarán porqué los he traído a rastras hasta acá como si estuviera demente.— nadie respondió. —Ayer, cuando todos se fueron, me quedé unos cortos minutos aquí y devolví el libro al estante en donde lo había encontrado. Luego, me fui y en el camino me topé con una vagabunda recostada en la esquina de una tienda; me dio mucha lastime e intenté buscarle algo para ayudarla, pero no tenía nada. Cuando le iba a preguntar si quería algo, ella me dijo algo rarísimo sobre sus destinos.— los señaló. —Me dijo que sus destinos estaban en mis manos. Que la solución a sus problemas se encontraba en mis manos.— no hubo ninguna reacción, aunque esperaba una. —Yo no entendí al principio, pero después, leyendo el libro,— se sentó y abrió el libro en la página del prólogo. —vi cuánta razón tenía.

—Perdona que te interrumpa, pero ¿qué te fumaste anoche?— cuestionó Marco.

—Hey, mi hermana no es de esas.— respondió a la defensiva el joven castaño.

Anne rodó los ojos y siguió observando las páginas del libro. Lista para explicar lo siguiente.

—Siento que no debí leer este libro sin ustedes; por eso, no empecé ninguna página anoche y preferí traerlos a la fuerza a este lugar para poder iniciar con la lectura.— sonrió.

—Anne, lo que dices no tiene sentido.— dijo Lucas.

—Créanme, cuando empiece a leer, todo cobrará sentido.— volteó la página.

El azabache que estaba a su izquierda, Carlo, se quedó pensando en sus palabras y en lo extrañas que sonaban. Pero, quiso darle una oportunidad porque la curiosidad era más grande que su sentido común.

Aunque, sabía que los libros venían con palabras para contar una historia. No venían vacíos. Y el que tenía Anne en sus manos tenía las páginas en blanco.

—¿Y las palabras?— cuestionó Carlo con curiosidad.

—Aquí están.— señaló las páginas. Todos buscaron una manera de entender, pero no había nada en aquellas páginas. Estaban en blanco.

—Ahí no hay nada, Anne.— aseguró su hermano.

—Claro que sí. Miren.— giró el libro en su dirección para que vea las palabras escritas.

Sin embargo, no importaba cuantas veces Tayler y los demás miraran las páginas, siempre las encontrarían vacías. Pues, solo la persona que buscó y tomó el libro en sus manos es capaz de ver y leer aquella historia.

El castaño le regresó el libro a su hermana, aún sin entender, y está decidió que lo justo era empezar a leer la historia.

—"Esta historia puede que empiece lenta y aburrida como muchas otras, pero es simplemente para que entiendan el poder que tienen estas palabras."— hizo una pausa. —"Yo, su más fiel narradora, los acompañaré en esta travesía llamada vida y los guiaré en sus más grandes peleas, hasta encontrar aquello que tanto anhelan."

Las luces de la biblioteca parpadearon, pero eso no evitó que Anne siguiera leyendo.

—Esto me da miedo.— comentó Lucas tomando el brazo de Tayler como soporte. El castaño, en respuesta, se desprendió de su toque furiosamente; dejando al menor extrañado.

—"Desde un príncipe buscando la respuesta de su destino, hasta un caballero que no entiende ni sus más profundos deseos. Donde un rey y una reina gobiernan con honor y una tormenta de sangre se desata con fervor. Bienvenidos al reino de Florencia."

Las luces se apagaron...

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Tales of Magic: A Journey to FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora