⚜️VI⚜️

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En la vida real, Marco y Carlo, no siempre tenían tiempo para pasarla juntos, pues siempre habían inconvenientes que los impedían. Tanto como la madre de Carlo o las obligaciones de Marco como un adulto que estaba independizándose y trabajando para sostenerse a él mismo y, quizá en un futuro, a Carlo también.

Por eso, esa noche la aprovecharon hasta más no poder. Puede que los dos se encontraban cansados y agotados por aquel día un poco ajetreado, pero eso no impedía que se demostraran todo el amor que se tenían.

Entre palabras, roces y besos, terminaron en la cama combinando sus cuerpos y provocando que sus bocas emitieran sonidos llenos de satisfacción y placer.

Bendito sea al que nos mandó acá.— musitó Marco con voz ronca en el cuello de Carlo, mientras se movía de manera frenética dentro suyo.

¿A qué-? Ay~— no pudo terminar de formular su interrogante por el simple hecho de que, al llevar días sin sentirse así de completo, su cuerpo mismo se encontraba a punto de explotar. —Marco~

Bastaron unos cuantos minutos más para que ambos llegaran a sus deseados clímax y se fundieran en un beso profundo, lleno de sentimientos.

¿Por qué no lo hacemos más seguido en la vida real? Se siente bien.— Carlo río por lo dicho.

—Porque no tenemos tiempo, casi.— contestó y después soltó un suspiro al sentir un vacío en su interior.

—Quiero mucho a tu mamá y me preocupo por ella, pero no es justo que tenga una dependencia tan demente contigo.— el azabache volteo su cuerpo en dirección al caballero.

—Está pasando por un momento duro, tienes que entenderla.— se pegó más al cuerpo del pelimarrón.

—La entiendo, pero tú necesitas entenderme a mí, también.— acarició la espalda del príncipe.

Carlo se quedó en silencio, pensando lo dicho por su pareja y sintiendo la razón que tenía en sus palabras. No podía simplemente ignorarlo y pasarlo de largo, él también necesitaba atención y su madre se la estaba robando toda.

—Extraño tu tatuaje.— musitó el caballero acariciando el hombro de su pareja. —Y los de la pelvis también. Se veían tan sexys en ti.— Carlo asintió, lentamente llevando su mano al cuello de Marco.

—Yo extraño el tuyo y tu perforación en la lengua.— el de cabello marrón refunfuñó al recordar aquello.

—Me enojé tanto al sentir que ya no estaba. Aunque, el tuyo tampoco está.— el azabache asintió.

—Cuando regresemos a la vida real y salgamos de este mundo extraño, los recuperaremos.— aseguró confiado.

—Eso espero.

Después de aquella corta conversación, ambos jóvenes se durmieron abrazados, sin saber que su salida de aquel mundo dependía de que pudieran derrotar a la vil villana de esta historia.

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Sentados en aquel sofá, Lucas y Tayler guardaban silencio al no saber por dónde empezar. Aunque, fue el menor quien quiso que tuvieran aquella conversación. Conversación que no estaba ocurriendo en esos instantes.

—Tengo sueño, date prisa y habla.— dijo exhausto.

—¡Ya voy! Ya voy, es que estoy nervioso y no sé por dónde empezar.— se sostuvo la cabeza exasperado.

—¿Qué tal si empiezas por la parte en donde te disculpas al darte cuenta del mal amigo que fuiste?— no lo presiones, hermanito. Es solo un niño. ¡Ay! Pero, ¿qué estoy diciendo? No me puede escuchar.

Tales of Magic: A Journey to FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora