Casarse con un asesino {traducido}

capitulo 7

Quizás fue la segunda persona en descubrir la verdad detrás de su nombre. Damian significa domar y su madre lo llamó así porque era la prueba definitiva de que ella domó al murciélago. Él esperaba que ella se riera, pero en lugar de eso ella lo abrazó para consolarlo. También reveló que le encantaba pintar y llegó incluso a dibujarla. Ella estaba feliz de posar siempre que él a su vez le permitiera tomar medidas.

Marinette sacó lo mejor de él y estaría condenado si la dejaba sufrir en silencio.

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Marinette estaba tan cansada que no podía dormir. Este día estuvo lleno de emociones: buenas y malas.

Cuando conoció a Damián por primera vez, en el templo, él se mostró bastante frío e indiferente. Incluso le pareció egoísta. Pero también era muy honesto y muy serio acerca de su lealtad. Incluso apuñaló a su propio hermano para defender su honor. Vale, después de pasar el día con él, estaba bastante convencida de que lo apuñalaría por alguna razón más insignificante, pero aun así era... lindo de alguna manera extraña. Nadie había hecho nunca algo como esto antes. Incluso Chat Noir nunca apuñaló a nadie para defender su honor. ¿Golpe en la cabeza con un bastón? Seguro. Pero nunca apuñales. Y amenazó a Lila. Marinette no estaba segura de si él realmente cumpliría su amenaza.

La cita a la que fue fue genial. Sintió una libertad como nunca antes. Sabía que podía contarle cualquier cosa porque ya conocían los mayores secretos del otro. Podía contarle libremente sus aventuras como Ladybug. Y también era bastante guapo cuando sonreía. No es que no lo fuera cuando no sonreía, pero a ella le gustaba su sonrisa. Su sonrisa real, no la sonrisa maliciosa que solía lucir. Damian interpretó al tipo malo, frío y cerrado, pero en realidad era bastante suave. Amaba los animales y la pintura. ¡Hasta quería dibujarla! Damian todavía era una persona muy sólida. Tenía esta aura sensata a su alrededor. Pero tuvo la paciencia suficiente para soportar sus pequeños ataques de pánico. Recordó su suave toque en sus manos. Sus palabras de aliento. Y sus profundos ojos verdes. Eran dos remolinos de esmeralda. Tan majestuoso, pero tan cariñoso. Con esa imagen impresa en su mente finalmente se durmió. Sus sueños no fueron perturbados por un golpe en su ventana.

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Al día siguiente Marinette se despertó todavía cansada, pero de mucho mejor humor. Estaba lista para la escuela. Bueno, bien por ella ya que casi llega tarde como siempre. Presa del pánico, rápidamente agarró su bolso y estaba a punto de correr escaleras abajo cuando Tikki voló delante de ella.

"¡Marinette! ¿No estás olvidando algo?" La niña miró a su alrededor y no entendió lo que Kwami decía. "¡Tu ropa!" Marinette miró hacia abajo y vio que todavía estaba en pijama. En un tiempo récord logró vestirse y estaba a punto de correr escaleras abajo cuando Tikki la detuvo nuevamente. "¿Mochila?" Una vez más Marinette se apresuró a agarrar sus cosas y agacharse y no llegar tarde. Sus padres ya la estaban esperando en la panadería.

"Aquí está tu desayuno, cherie". Su madre sonrió entregándole una caja de pasteles.

"Y aquí hay algo especial para que compartas con tu hijo". Su padre sonrió y le entregó una caja de macarrones. Ambos tenían una sonrisa.

"Y recuerda Mari. Si te lastima, solo di una palabra y romperé cada uno de sus huesos en docenas de pedazos". Su madre le dedicó su sonrisa más prominente. De alguna manera, eso hizo que la amenaza fuera aún más real.

"Lo haré mamá. ¡Adiós papá! ¡Adiós mamá!" Marinette gritó y salió corriendo antes de que le ofrecieran más "ayuda". Los amaba, pero después de la noche de ayer no estaba segura de permitirles conocer a Damian en el corto plazo. No podía protegerlo para siempre, ya que técnicamente era su marido, pero al menos podía darles algo de tiempo para que se acostumbraran a la idea de que ella saliera con alguien. Quizás una vez que Hawkmoth se hubiera ido. No quería tener que escapar de otra prisión espinosa. O tal vez después del viaje a Gotham. Deberían estar felices de verla de regreso para no matarlo por casarse con ella sin su conocimiento. Ella planeaba completamente contarles todo una vez que no hubiera ninguna amenaza sobre sus cabezas. Marinette se rió imaginando a Talia frente a su madre. Era curioso que de alguna manera la confrontación siempre fuera a favor de Sabine.