Había pasado una semana desde aquel incidente, y como cada semana Álex fue a visitar la cala.
—Hola amor, esta semana la he tenido un poco ajetreada. ¿Sabes? Conocí a una chica, era una indigente, quise ayudarla y huyó...huyó de mí, en el fondo la entiendo seguro que se asustó porque pensaba que iba hacerle daño, pero aquella misma noche estando yo de guardia volvió a aparecer, pero esta vez, estaba herida. Según dijo la policía la encontraron inconsciente en un contenedor de basura, estaba muy golpeada y en muy malas condiciones, no sé, algo dentro de mí se removió y me sentí muy culpable, porque si hubiera insistido en ayudarla y no la hubiera dejado ir, igual ahora estaría bien, siento que debo hacer algo por ella. En una semana no se ha despertado y me tiene muy preocupado, quiero ayudarla cuando despierte, no tiene a nadie en la vida, no tiene ni casa y tengo que ayudarla aunque se niegue, al menos hasta que se recupere completamente... Amor dime ¿Qué puedo hacer por ella?
Una ligera brisa de aire pasó por delante de Álex, desprendía un olor muy familiar, olía a rosas, olía a ella a Nerea. Álex lo tomó como una especie de señal que ella le daba, lo cual significaba que estaba de acuerdo con lo de ayudar a Lucía. Era como si diera su consentimiento.
—Gracias amor, eso significa que quieres que ayude a esa muchacha, espero que tú me eches una mano a poder curarla y a cuidarla, claro si acepta... Pero yo insistiré, ya sabes que puedo llegar a ser muy pesado. Bueno cariño, debo regresar al hospital, a ver como evoluciona nuestra protegida.
Lucía por fin, después de una semana, abrió sus ojos y empezó a decir algunas palabras.
—¿Dónde...estoy?—preguntó la chica, su voz sonaba débil y le costaba mucho hablar.
—Estas en un hospital querida—contestó María con dulzura, tal y como prometió no se separó de ella ni un segundo—¿Recuerdas lo que te pasó? ¿Quién te hizo esto?
—Sí... lo último que recuerdo a aquel hombre....él....quería hacerme daño...Yo no podía escapar de él...me arrinconó contra una pared...—estaba nerviosa y sus ojos se llenaron de lágrimas—Empezó a...tocarme y a manosearme...yo me resistí y como no dejaba de patalear...sacó un navaja y me amenazó con cortarme la cara si...—hizo una pausa, se le formó un nudo en la garganta.
—¿Te amenazó con una navaja? Pobrecita tenías que estar asustada.
—Sí... me dijo que si no me dejaba hacer lo que él quería...me iba a cortar la cara...—empezó a llorar con más fuerza—Yo... quise defenderme y...le escupí...estaba dispuesto a cortarme la cara y me moví para evitarlo....creo que me rajó en el cuello...y también se rajó su mano...después...—hizo una pausa y cerró sus ojos—Me insultó, y me dio un empujón....creo que caí al suelo y empezó a golpearme...y no recuerdo nada más.
—Oh querida, no sabes cuánto lo lamento, pero tranquila ya estás a salvo, aquí no te va a pasar nada malo, te vamos a ayudar a curarte y después podrás volver a casa con tu familia...—Lucía la interrumpió
—No tengo ni casa ni familia, esa es la historia de mi vida. Vivo en la calle, mi familia son los chicos y chicas que se criaron conmigo en el orfanato y no sé nada de ellos, así que en cuanto me recupere un poco volveré al lugar de donde salí...de la calle...—Lucía ya hablaba con más fluidez—No quiero sonar desagradecida, al contrario, le agradezco mucho que esté aquí conmigo, pero creo que puede irse a seguir trabajando, yo estoy bien.
—Me temo que no puedo hacer eso niña, le prometí a Álex...digo, al doctor Sierra que no me movería de tu lado, hasta que despertaras.
—No se preocupe, estoy viendo su cansancio, de verdad que no es necesario que se quede, dele las gracias al doctor por mandarme a una persona tan buena y cariñosa.
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Un lugar en el mundo (TRILOGÍA DESTINO #1) (2013)
RomansaÁlex y Nerea se conocen desde niños, a medida en que fueron creciendo, se dieron cuenta que tenían sentimientos el uno por el otro. Su vida era perfecta en lo profesional y en lo personal. Una noche Álex le propone matrimonio a su chica y ésta, acep...