08. South of Heaven

15 1 0
                                    

El Aero Rock era el lugar perfecto para beber si eras pobre, metalero, y te gustaba el ruido. No era especialmente pequeño, pero como solía estar abarrotado de gente, daba la impresión de serlo. Siempre estaba oscuro: las paredes estaban pintadas de negro y simulaban el interior de una cueva, y las luces, que eran pocas y débiles, eran verdes y moradas en vez de blancas.

Los viernes por la noche, cuando había concierto, se convertía en una vorágine de vodka, whisky, gente peleándose, cristales rotos, humo, música a niveles ensordecedores, y, por supuesto, una amplia selección de camellos ofreciendo cualquier tipo de alucinógeno, opiáceo, depresor o estimulante que te pudieras imaginar. Un sitio lleno de jóvenes y adolescentes con battle vests, chupas de cuero y pelo alborotado que sólo querían beber, follar, gritar, y pasárselo bien un rato.

Después de zafarse de la señora Domitrovich, se habían dirigido hacia el Aero con los corazones desbocados y la adrenalina por los cielos. Al llegar, habían sido inmediatamente interceptados por una de las camareras, llamada Chrissy (a quien Robbie había procedido a tirarle los tejos), quien les enseñó por dónde subir al escenario y les dijo que les avisarían cuando tuviesen que subir a tocar.

Unas cuantas horas más tarde, después de tocar, los cinco se encontraban riendo y bebiendo alrededor de una mesa circular llena de colillas y jarras de cerveza vacías. Normalmente, les hubiera tocado ponerse en una de las pequeñas mesas metálicas que había apelotonadas al fondo, pero, como eran los invitados especiales de la noche, les habían reservado una de las cabinas cerca de la entrada.

Kate y Claire habían entablado una competición para ver quién podía beberse tres jarras de cerveza más rápido y estaban ahora bajándose la bebida a la velocidad del sonido, el líquido escurriéndose por los bordes y deslizándose por sus mentones mientras Pam y Marshall las animaban dándole fuertes palmadas a la mesa. A Robbie le tapaban la cara las cortinas de pelo rojo a ambos lados del rostro de Chrissy, quien estaba sentada a horcajadas encima suya haciéndole Dios sabía qué.

Tras la victoria de Claire (aunque por poco), Marshall encendió un cigarro, y Pam se aupó hasta sentarse en el respaldo de la cabina, poniendo los pies en el asiento, y, tirándole del pelo a Robbie, lo separó de Chrissy e inclinó su cabeza hacia atrás. Entonces, cogió la botella de tequila que había sobre la mesa y vertió un chorro dentro de la boca del chico, antes de girarse hacia Chrissy y hacer lo mismo con ella. Con una sonrisa, Robbie le guiñó un ojo y volvió al lío con la pelirroja, y Pam volvió a descender a su asiento con una sonrisa satisfecha.

Claire empezó a tirarle cacahuetes a Marshall, a lo que Pam y Kate pronto se unieron. Cuando uno le dio en el ojo, el chico respondió girándose rápidamente hacia ellas, cogiendo el bol entero de cacahuetes y volcándoselo en la cabeza a las tres.

Se produjeron protestas por parte de los presentes cuando la avalancha de frutos secos se desparramó por toda la mesa y asientos, llenando toda la cabina de trocitos de cacahuete.

Tras observar cómo un último cacahuete que se había quedado enganchado en su pelo finalmente caía hasta la mesa y rebotaba contra la superficie, Kate puso las palmas sobre la mesa e hizo el amago de levantarse–. Voy al baño.

–Te acompaño –se ofreció Pam.

En el Aero había dos baños, uno al lado del otro, y sin ningún tipo de señal ni cartel que indicara que cualquiera de los dos perteneciera a un sexo o a otro. Lo que sí había era un biombo entre las dos puertas, como para separar a la gente que se pusiera a la cola.

Las chicas se pusieron a la cola para entrar al baño de la derecha, y se apoyaron contra el biombo, aburridas, observando al gentío que se arremolinaba entre la barra y el (ahora vacío) escenario, riéndose y acudiendo a la barra para rellenar sus vasos. Por los altavoces del bar sonaba Live And Let Die de Guns N' Roses. En el centro de la sala, apenas notable debido a la cantidad de gente a su alrededor, se había organizado una especie de pelea; dos chicos, aproximadamente de su edad, se habían enganchado a puñetazos, y estaban ahora siendo separados por los amigos de uno de ellos.

𝙃𝙀𝙇𝙇'𝙎 𝘼𝙉𝙂𝙀𝙇𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora