SHE'S EVIL | 𝑩𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏

01.

YUU-

Otro día en el cual tengo que soportar a tanta gente ignorante ese café maid. No me gustaba ponerme en exhibición y tampoco es que ese lugar lo acepten a uno por esa razón, no usábamos ropa provocativas o cosas de ese tipo, al contrario, su vestimenta es cómoda, lo único malo es el físico, o más bien mi físico.

Mi cuerpo podía decir que estaba en buen desarrollo y cosas que he ayudado haciendo ejercicio. Quería tener un cuerpo perfecto sin operaciones de por medio, pero en todo el esfuerzo que he conseguido para sentirme bien conmigo misma solo me ha traído muchos problemas.

No siempre fui así y el progreso de bajar peso me ayudó a sentirme bien, pero con cada hombre que me topo y comenta cosas tan obscenas en cualquier lugar que vaya me harta, incluso si mi uniforme de maid no muestra nada. Los hombres son tan mediocres.

Me encontraba limpiando las mesas de la cafetería que eran desocupadas, mis compañeras se empeñaban en atender los clientes, cosa que también hago y al finalizar de limpiar las mesas tomo mi libreta y me acerco a la mesa que está cerca de la entrada donde había un grupo de pubertos. Suspiro y voy hacía ellos con una sonrisa tierna, obviamente fingida, apenas iba a tomar nota de sus pedidos el que se veía mayor en el grupo soltó un chiflido de forma coqueta, ignore su acción y me dispuse a pedir sus ordenes.

- Bienvenidos al café BG's, ¿en que puedo servirles? -pregunte, ahora con mi rostro neutro.

El chico de antes se levantó de su silla y se acercó a mí en forma coqueta me abrazó por los hombros.

Mal momento para medir 1,68, este chico parecía que media tamaño poste.

- Vaya... Si vas a estar tú todos los días no me vendría mal echarte un vistazo de vez en cuando, incluso pagar de más -me guiñó el ojo haciéndome bufar.

Este niño ya me estaba fastidiando de más y se que por mi temperamento esto terminará mal.

Quito su brazos de mí y luego aprieto su mano con fuerza haciendo jadear. Sonreí.

- Pobre niñato sin afecto femenino, mala suerte el venir aquí y toparte conmigo el día de hoy, y menos cuando estoy de más humor. -le susurro con burla y el gruñe para después safarse de mi agarre y mirarme molesto. Sus amigos eran tan buenos que no dudaron en reirse.

- Maldita, me las pagarás. -amenaza. Yo me quedé de brazos cruzados, mirandolo sin interés, eso hasta que alguien llamó mi nombre y eso no significaba nada bueno.

Gire mi cabeza y mi querido jefe me observaba con tanta a alegría. Si las miradas mataran yo ya estaría 10 metros bajo tierra.

Suelto y bufido y me dirijo hacía la oficina de mi jefe, escuchando murmullos de los clientes y el niñato burlándose junto a su grupito.

Me giré y les saque el dedo del medio, ofendiendo al niñato estúpido que dejó de reirse. Sonreí y seguí mi camino.

Al menos si me iban a despedir tenía que darme el lujo de reírme del último cliente al cual atendería.

Abrí la puerta y lo primero que recibí fue el golpe de un portafolio, indicándome que una vez más me haría una recopilación de todos los estragos que he hecho en estos 2 años en la cafetería. Solo que esta vez algo me decía que ya no me iba a quedar aquí.

Por idiota.

- Lindo trato hacía mi sobrino, Yuu. Ahora su madre vendrá a mí a reprenderme por tú culpa, gracias. -menciona Patrick con una mueca de desagrado hacía mi persona. Sonreí fingiendo vergüenza.

- Lo siento... Ya no...

- ¿No volverá a suceder? Puff, que estupidez. -me mira mal- te he soportado por dos años, pero tu conducta deja mal mi cafetería y mi persona. De verdad que no te entiendo, Yuu.