06.

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Estaba en mí habitación, acostada boca arriba mirando el techo sin ningún ánimo, Manjiro me hacía compañía, pero él simplemente estaba dormido a mi lado. Hace un par de horas había regresado y con eso se percató del charco de sangre y la figura de Shizu en el suelo, claramente muerta. Por supuesto que Sanzu había recibido su castigo, Manjiro le disparó en el hombro y la pierna, con algo de suerte sigue con vida ese mal nacido, pero hubiese sido más factible que le diera a esa perra también, así me encontraría algo tranquila, aunque... ¿Quién se encontraría tan tranquilo después de que su mascota y única acompañante en este mundo de mierda esté muerta por culpa de un loco drogadicto en defensa de una prostituta? Exacto, nadie, me parece una situación completamente humillante, pero no me quedaré de brazos cruzados.

Suspiro agobiada y miro a mi lado, Manjiro se encontraba completamente dormido, se veía tranquilo e indefenso, cosa que no era ya que estaba igual de desquiciado que los demás. Tremendo hijo de puta.

—Dios... Duermes tan tranquilo que nadie pensaría que eres un tremendo asesino de mierda. — murmuré regresando mi mirada al techo. A los pocos segundos sentí como Manjiro apretaba un poco mi cintura.

—Hablas mucho, Yuu... Déjame dormir... — murmuró Manjiro con voz ronca, bufé.

—Claro, después de todo se ve que lo necesitas. — reí por lo bajo y volvió a apretar—. ¿Qué? Sabes que es cierto, debes dormir más... Y comer más...

Él gruñó y luego soltó su agarre de mí y empezó a levantarse lentamente. Lo miré, se veía aún más cansado que antes.

—Necesito Dorayakis...

¿Dorayakis?, eso me parecía algo infantil, pero no era nadie para cuestionar su gusto.

—¿Dorayakis? Eh... Puedo prepararlos, no es tan difícil... — comenté con simpleza, Manjiro me miró curioso y luego hizo un ademán con su mano en señal que me levantará de la cama para ir con él.

Dios... Era mentira, no quería levantarme.

A duras penas me levanté de la cama y lo acompañé. Ambos salimos de la habitación y caminamos hasta la primera planta en silencio, al llegar a la cocina el tomó asiento en el desayunador y se recostó en este, quedándose en completo silencio, por otro lado estaba yo parada en media cocina sin saber que hacer y Manjiro se percató de eso.

—Tch. ¿Qué haces ahí parada? Tienes todo lo que necesitas a tu alrededor, ponte a cocinar. — masculló irritado. Rodé los ojos.

¿Para que me ofrecí en ayudar? Si que soy una completa estúpida, me hubiese quedado en silencio y estaría en estos momentos echadota en mi cama, pero no... Yo y mi bocota.

  [•••]

Apenas termine de preparar los Dorayakis se los entregué a Manjiro, quién gustosamente se los comió junto a un vaso de leche tibia. Lo observaba en silencio, él estaba tan concentrado en sus Dorayakis, que no tenía idea que lo observaba desde hace un buen rato. A decir verdad no era un hombre feo, no era un tipo alto o musculoso, pero con su apariencia si daba para intimidar, su aura era prepotente y otras circunstancias me hubiese sido incómoda, pero en esta no lo era. Estaba tranquila.

Apenas lo ví apartar el vaso y el plato lo miré con una pequeña sonrisa, él me miró confundido y luego con la mirada le señalé el plato ya vacío, Manjiro rodó los ojos, levantándose de su asiento.

—¿Qué tal...? Estaban deliciosos, ¿o no? — indague, siguiéndolo apenas él se levantó y caminó hacía el pasillo, aún sin decir nada.

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⏰ Última actualización: Aug 17 ⏰

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 SHE'S EVIL | 𝑩𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora