Un año después del nacimiento del hechicero de los seis ojos llegó al mundo una hechicera que lo igualaría y hasta superaría.
"Quizás no seas el más fuerte toru-san..."
Ambos niños se habían hecho grandes amigos y el iba a visitarla cada viernes quedandose con ella casi todo el día, ella siempre lo esperaba sentada junto a la puerta ansiosa de su llegada, nunca había tenido amigos y Satoru era la primera persona más allá de su familia y mayordomos con quien se sentía segura.
Ambos jugaban en el jardín de la familia ya que la femenina tenía prohibido salir de la montaña siendo cuidados por uno de los mayordomos ya que su hermano mayor Illumi se encontraba de misión.
Kari- chan - Satoru se dejó caer junto a ella apoyando su cabeza en las piernas de la niña
Mhm... dime Toru- dijo ella acariciando su cabello
Puedes quedarte siempre conmigo - contesto el
Claro que lo haré- dijo ella
Satoru sonrió y se levantó para quitarle el libro que ella sostenía y leerlo en voz alta para ambos.
Ella se acomodó mejor recargándose en el árbol donde sé encontraban, se sentó y lo miró leer.
Satoru amaba pasar tiempo con ella se sentía libre ella y su madre eran las únicas personas que no esperaba que fuera el más fuerte y para el eso era una razón más para quererlas.
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Sabes que no siempre será así- dijo su hermano mayor mientras se apoyaba en el mural de la puerta viéndola sentarse nuevamente en las escaleras.
A qué te refieres hermano- contestó
Si te lastima no dudes en decirmelo- dijo para entrar a la casa nuevamente
Sabía a que se refería Gojo Satoru sería el hechicero más fuerte y su tiempo juntos cada vez se reduciría más.
Entonces ella se prometio una cosa.
Ser la más fuerte para que Satoru tuviera con quien luchar a su lado.
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24 de diciembre de 1996
Hikari estaba nerviosa ya que estaba realizando un regalo para Satoru, desde que desarrolló su técnica maldita descubrió era bastante peligrosa aunque claro que ya estaba aprendiendo a controlarla y almacenarla pero realizar actividades la distraía.
Era peligroso el que ella mostrara alguna emoción fuerte según su abuelo, como tristeza o enojo, pintaba un cuadro para Satoru, en el se podía ver a dos niños bajo un árbol con un hermoso cielo, un niño albino y una niña de cabello largo negro y mechones blancos, ambos sonriéndose y leyendo.
Ella utilizaba sus mejores colores específicamente para la imagen de Gojo.
Cuando terminó su hermano lo miró y luego le realizo una pequeña escena de celos ya que él era el único de la familia al que ella le regalaba cuadros y el que ella se los diera a otra persona lo hacía sentir un poco mal.
Tranquilo hermano tu cuadro es más grande- dijo destapando uno y calmando al mayor
La mayoría del cuarto de Illumi tenía una parte de Hikari todos los cuadros que la niña le había dado estaban ahí guardados como sus tesoros más preciados, uno de ellos era flores, otro de Illumi y ella, uno de la familia todos y cada uno de ellos estaban ahí pero el que le dió ese día era especial, Hikari había encontrado una foto de Illumi sosteniéndola cuando era una bebe y lo recreo en pintura.
En ella se mostraba a un Illumi de 15 años sosteniendo a un bebé que le sonreía, ese cuadro era el mejor de todos.
Satoru Gojo si la lastimas no tendré piedad contigo
