JINHWAN: Caótico y Hermoso

CAPÍTULO I

       Jinhwan repasó nuevamente sus fichas mientras desayunaba. Ese día tendría un debate con su oponente más formidable, Kim Donghyuk.

     Ambos estaban peleando por el puesto de vicepresidente estudiantil de la facultad de derecho, era lo más lejos que podía llegar un omega en el consejo de estudiantes.

     A pesar de que Jinhwan había dejado la universidad por un tiempo, cuando retomó su segundo año, había ido con todo. Meses atrás jamás se hubiera imaginado tener el valor para hacerlo,  vivir solo en un apartamento que, aunque no era lujoso, era más de lo que se podía esperar de un omega.

    Se cepilló los dientes antes de ducharse. Cuando salió, desempañó el espejo con el dorso de la mano.  Su mirada bajó hasta la cicatriz en su cuello, retuvo el aire en sus pulmones y luego lo exhaló.
— Vamos, tú puedes —. Se animó a sí mismo y se vistió con la ropa perfectamente planchada que estaba colgada en una percha tras la puerta.

     El cuello de la camisa era lo suficientemente alto como para tapar su cuello, como toda la ropa que usaba para salir; ocultando su secreto.

      Koo Junhoe, no era exactamente un alfa excepcional. De hecho, a comparación con los alfas de su familia, era el que más daba lástima.

    Por eso estaba decidido a cumplir la misión que su abuelo le había encargado. Deshacerse del omega rebelde que estaba lavándole el cerebro a los omegas de la facultad de derecho.

     Leyó el expediente de camino a la universidad, centrándose nuevamente en los datos más importantes.

Nombre: Kim Jinhwan.
Edad: veinticuatro años.
Domicilio: XXXX
Carrera: Derecho.
Pareja: Ninguna.

      Junhoe rió, ¿qué clase de omega seguía soltero a esa edad?

     De hecho, la mayoría ya tenía por lo menos un hijo a los veintitrés.

     El caso era que este tal Jinhwan, estaba haciéndole creer a los omegas que no necesitaban de un alfa, no tenían por qué ser devotos amos de casa y tenían todo el derecho de coger casualmente sin ataduras.

   Para alguien como su abuelo, eso era una atrocidad. Los tiempos habían cambiado y ya había varios omegas con esa mentalidad, aunque jamás se había encontrado a tantos así en una universidad. Por lo que significaba que ese chico tenía todo que ver.

    El hecho de cursar una carrera como derecho era un dolor de cabeza, pero su abuelo se las había arreglado para que su nombre entrara en el sistema que llevaban los maestros con un expediente falso.

   Lo único que tenía que hacer era intimidarlo, acabar con sus reuniones secretas de rebelión y en el peor de los casos marcarlo y luego dejarlo. Un omega marcado que era rechazado por su alfa sufría lo suficiente como para dejar de ser una molestia en esa ocasión.

    Cuando halló el aula extrañamente vacío, vagó por los corredores mirando los anuncios en la pared.

"Debate por la vicepresidencia del consejo estudiantil de la facultad de derecho. Viernes 27, a las 11am, en el salón auditorio"