CAPÍTULO III

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          Junhoe no podía estar más feliz, el enorme lobo negro en su interior agitaba la cola y se movía de un lado a otro emocionado como si fuera un cachorro

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          Junhoe no podía estar más feliz, el enorme lobo negro en su interior agitaba la cola y se movía de un lado a otro emocionado como si fuera un cachorro.

          Jinhwan le había dado la oportunidad de cortejarlo, habían intercambiado contactos y había permitido que se despidiera con un abrazo.

         Había aprovechado lo último para levantarlo del suelo y frotar su rostro contra el lado derecho de su cuello. Su olfato se había inundado con su aroma y aún se sentía extasiado.

          Le pareció adorable la forma en la que sacudió las piernas para que lo bajara y la mueca que hizo con los labios cuando lo regañó por aprovecharse de esa manera.

          No le importaba si eso le restaba puntos, volvería a casa oliendo a Jinhwan.

          Fue directo a encerrarse en su habitación, no quería que su familia descubriera que tenía impregnado el olor de Kim, no era como si fueran a reconocerlo, pero al saber que se trataba de un omega querrían saber de este con insistencia.

            Junhoe quería ir a la cama oliendo a él, pero al parecer, su familia tenía otros planes.

            Su padre llamó a la puerta, él contestó desde el otro lado sin abrir.
—Cena con nosotros, tu abuelo vendrá.

             Junhoe suspiró, muy a su pesar se quitó la ropa y tuvo que ducharse. Cuando bajó, ya todos estaban reunidos alrededor de la mesa en sus respectivos asientos.

              Los sirvientes comenzaron a servir apenas se sentó. Todos sabían el motivo de visita del anciano que se suponía debía estar en la base militar. Pese a su edad aún se veía fuerte; a decir verdad, lo seguía siendo.
—¿Cómo vas con lo que te encargué?
—Bien.

          Su abuelo entrecerró los ojos desconfiado.
—Date prisa, ya estás perdiendo suficientes clases en el campo de entrenamiento, tu permiso está por expirar.

              Junhoe, a diferencia de su hermana, en lugar de ir a una universidad convencional, había ido a una militar.

             Su abuelo lo había decidido porque era el más débil y debía endurecerse. Esta misión había salido de uno de los casos por resolver de la milicia asignados al jefe de la familia Koo, incluso toda su cuadrilla estaba esperando las instrucciones del abuelo pero este había puesto la mano en el fuego por él alegando que su nieto podría manejar el asunto por su cuenta y le exigía a Junhoe que le demostrara a todos de lo que era capaz de hacer un Koo, con esto tenía que demostrar ser apto para liderar su propia cuadrilla y graduarse antes de tiempo como si se tratara de un prodigio o el viejo le quitaría el apellido.
—Confía en el proceso —Yejin se atragantó con su bebida al oír la excusa de su hermano, sacada de las absurdas frases motivacionales que la mayoría solía publicar en sus redes, aunque al parecer el anciano no conocía.

JINHWAN: Caótico y HermosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora