Capítulo 3 Pt. 2

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(perdonen por el alargamiento del cap)

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- Sí que me dejaste sorprendido, jamás esperé eso ¿sabes? - expresó el Señor Gelgar sonriente, acercándose más a ella con dos vasos humeantes en ambas manos - ustedes dos no solo son idénticos, sino que además cantan igual, que fascinante, ten te traje café.

Se habían retirado por la parte trasera de ese grande insistituto, un tanto alejado del edifico, estaba ya cambiada con su ropa de antes, sentada en unas de esas bancas que habían por este lugar, que por cierto, ahora tenía una mejor vista del jardín hermoso que portaba.

Todo lo que había pasado hace instantes aún no podía tragarlo por completo, seguía recordando y sintiendo los escenarios de hace un rato, dándole escalofríos constantes. Pensó que se reiría después pero pasó todo lo contrario, y fue por una única razón.

El contacto del vaso en sus manos rígidas la sobresalto, había estado tan metida en su mente que le asustó el sentir algo tan simple de la realidad misma.

– hey – habló preocupado el Señor Gelgar a su reacción.

– lo siento – apresuró en decir.

– ¿estas bien? –

El calor que emanaba el café en sus manos hizo que su temperatura corporal aumentara un poco, sintiendo toda la pesadez retirarse lentamente del cuerpo fatigado.

- estoy cansada señor, no fue un buen día, creo que ya debo irme a casa –

– entiendo, claro te llevaré –

– no es necesario, solo saque mi moto de la maletera y yo me guiare el camino –

– ¿segura no hay problema? No quiero que te pase algo –

– a decir verdad ya me pasaron muchas cosas hoy, no se preocupe, memorizo las direcciones con facilidad – lo tranquilizó.

El hombre suavizo un tanto el rostro, más relajado – bueno entonces, antes que se haga más tarde, apresuremos las cosas....

De forma rápida un recuerdo llegó a Zoe, cortando las palabras del señor – ah espere, casi lo olvido, cuando llegue mi hermano a la ciudad ¿puede decirle que vaya a verme antes de partir? Necesito hablar algunas cosas con él.

Los ojos del hombre se abrieron de par en par, el vaso que sostenía lo dejó a un lado de un golpe seco mientras se enderezaba de forma abrupta - ¿qué dices? ¿Partir? ¿Partir a donde? - habló rápidamente

Sin tomarle atención a sus reacciones le respondió – sí, debo hacer un viaje un poco lejos, realmente es mi pueblo natal –

Hace unos días lo había decidido, le costó mucho reunir el dinero, pero con ayuda de Nanaba le fue más fácil, entonces no lo pensó tanto y ahora después de doce años volvería al pueblo donde vivió parte de su infancia.

Era necesario ir, había dejado varios asuntos ahí que necesitaba resolver para seguir avanzando.

– no, tu no puedes hacer eso –

La voz fuerte y firme del hombre la hizo salir de su nostalgia, ahora enarcando las cejas de confusión.

– ¿no? ¿cómo no?, es mejor ahora que nunca, ya no quiero retrasarlo, sería un fastidio, ya pedí permiso a la escuela, tengo el dinero, aunque no lo crea, también...ah me falta decirle a la jefa, aunque con el carácter de ogro que se carga encima será difícil convencerla....

– espera espera –  movió las manos con desespero delante de ella interrumpiendo sus pensamientos – tú no puedes irte ¡no puedes! – ordenó con desesperación en su tono.

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