por debajo de las reglas

Capítulo 5

"el paraíso es un abasto de misterios, no siempre es lo que se imagina, no siempre es lo que miras o no siempre es lo que escuchas, todos podemos crear nuestro paraíso a nuestro modo, sea consciente o no de que increíble (o terrible) sea eso"

.Frase anónima.

Sus párpados se abrían conforme la luz del día era mayor, dejando dar claridad a sus ojos soñolientos, dando bienvenida directa al techo blanco reluciente cara a cara, fue bueno recibir esa imagen despertando de frente después de tener un sueño cómodo y profundo, no había pasado buena noche de mucho tiempo, una sonrisa inconsciente se adorno a su rostro .

Nada nuevo luego de ese detalle, creyó, era un día normal, una mañana normal, todo normal.

Llevo ambos brazos por encima de su cabeza estirandolas todo lo posible, emitiendo un pequeño siseo de satisfacción estirando al igual sus pies todo lo que pueda, estando más cómoda que nunca.

Aunque no le desagradaba despertar recta y boca arriba, normalmente y más cómodo despertaba de un costado con todas sus extremidades hecho bollito, así que decidió estar de ese modo llevando su cuerpo de lado, quedando de costado, disfrutando de la comodidad, sin embargo, tal disfrute no duró ni medio minuto, al encontrarse con algo completamente diferente e inusual al despertar, abriendo los ojos por completo ahogando un gemido de sorpresa a lo que veía.

El rostro dormido de otra persona se encontraba a pocos centímetros de la de ella, tanto fue la sorpresa que de impulso llevo arrastrando entre las mantas que reposaba su cuerpo hacia arriba, alejándose lo más posible de esa proximidad. Cuando llegó a tener mayor distancia, con codos apoyados al suelo, sin despegar la mirada de quien continuaba durmiendo plácidamente, rápido reconoció el rostro de la persona, cabello rubio claro un tanto largo, y piel un tanto bronceada, era uno de los del grupo, el más alto si mal lo recuerda.

¿Pero como llegaron a esto?.

Insistivamente giró el rostro logrando que la sorpresa incremente tres veces más cuando  volvió a encontrarse con otro rostro dormido, igual lo reconoció como otro miembro, era el otro rubio pero este tenía unos ojos azules.

Su pulso aumentó rápidamente.

¿Qué rayos pasó?

Rápido pero con cuidado logró levantarse sin provocar ruidos o chocar con alguno de los dos cuerpos que descansaban, su mente afectada por el shock trataba de procesar la realidad por la que pasaba.

Se dio cuenta en donde se encontraba, estaba en la vasta sala de la residencia, había un par de mantas desordenadas en donde ella había estado descansando, así es, en la extensa alfombra en el centro, sus cejas se juntaron en una mueca de desconcierto, había dormido en el suelo, en plena sala.  generando más dudas e inquietudes en ella de lo que haya sucedido aquí. Las dos personas recostadas descansaban en posiciones contrarias, con el primero que vio estaba boca abajo y con los brazos cruzados acunando su rostro con la mejilla aplastada en uno de ellos, solo portaba un pantalón sin tener nada de la cintura para arriba, una pierna doblada y la otra no; en cambio el segundo estaba a la altura de los pies del otro, con ella de intermedio entre los dos, recostado de lado con un brazo siendo de apoyo para su cabeza, por lo menos él si tenía camisa, abierta, pero la tenía. Y los dos habían dormido junto con ella en el suelo cubierto solo por sábanas

Sin perder tiempo se fue corriendo de ahí, con los nervios de punta sin querer estar presente cuando ellos despierten, sus pies descalzos se movieron a un ritmo acelerado pero torpe, guiandole a cualquier parte pero que sea muy lejos de ahí.

Por su desesperación no notó cuando uno de ellos ya comezaba a despertar.

....

Había llegado a la terraza, el cielo era de un azul claro otorgando una gloriosa vista y una cálida brisa acogedora, su propia vista aturdida se acostumbraba a la luz natural, eliminando cualquier nubladez en su mente.