Entonces, Miyano no es gay, ¿vale? Incluso tuvo una novia en secundaria y todo eso, siempre le ha gustado ver a las chicas y hablar con ellas y todo lo normal. Que casualmente note el atractivo en un hombre ahora no lo hace menos hetero, ¿cierto?
Comenzó el día que estaba descubriendo su vecindario. Se había mudado de su ciudad natal a una más grande porque la universidad a la que aplicó estaba allí, así que sus padres le dieron acceso a la cuenta de ahorro que tenían para él y lo dejaron salir del nido. La residencia que consiguió está a una parada de tren, con muchas tiendas alrededor y lugares transitados. Nada mal para ser su primera vez buscando un lugar, además, ¡la residencia estaba llena de otros universitarios primerizos!
Ese fin de semana, después de despedir a sus padres, quienes le ayudaron a desempacar y luego desayunaron juntos, Miyano decidió darse una vuelta por el vecindario. Necesitaba localizar tres cosas muy importantes: una tienda de conveniencia, una panadería y una tienda de mangas. Sí, lo último era supremamente esencial. Quería cerciorarse lo más pronto posible si tenía que buscar en otros lugares o si estaría al alcance de la mano. ¡Tiene actualizaciones de mangas que seguir!
La primera la encontró rápidamente. Estaba a la esquina, atendida por un chico de cabello rosa chicle muy aburrido que apenas lo miró merodear por los estantes. Miyano había comprado cosas básicas del hogar que sentía que necesitaría, y luego siguió su camino. La segunda la encontró casi en la siguiente manzana. Estaba bastante oculta porque era considerablemente pequeña, alejada del bullicio exterior que se sigue desde la estación de tren, y Miyano la encontró absolutamente perfecta.
La tercera, por otro lado, no pudo encontrarla. Es por eso que Miyano regresó a la panadería, un poco cabizbajo porque ahora seguramente tendría que buscar una tienda de cómics más lejos. ¿Quizá a los alrededores de la universidad? Pero en el mapa del campus que vio online no pudo ver ninguna, solo esperaba que no tuviera que ser un viaje de una hora a otro lugar. Eso sería devastador para su lado fanboy, simplemente inaceptable. Las colas se harían más grandes, los estrenos seguramente estarían agotados. Maldita sea, incluso los leaks serían difíciles de conseguir.
La panadería no está llena cuando llega. Hay un par de clientes, ambos comiendo en diferentes mesas, alejadas la una de la otra. Miyano respira el olor delicioso del pan recién horneado y siente que dos o tres nudos en sus hombros se desenredan. Su visión es inundada por un mar de todo tipo de panes, bizcochos, pasteles y postres. Las vitrinas varían entre redondas, altas y bajas, todas ellas simples, pero con una buena exhibición de lo que se vende.
Huele y se ve tan bien, que Miyano se acerca a la vitrina de panes para leer el precio, quedando gratamente sorprendido al descubrir que no son muy caros. Precio normal. ¿Tanta calidad así de regalada? Miyano no va a desperdiciar la oportunidad.
Recoge una canasta y unas pinzas, abre la vitrina y echa dos croissants, dos panes de melón y dos shokupan. Se debate si conseguir algo más, pero conociendo su apetito, es mejor quedarse con los tradicionales por ahora.
Es al momento de pagar cuando sucede.
No hay nadie alrededor de la caja, ni en el mostrador. Miyano parpadea, un poco confuso, ya que no es algo que normalmente se haga un negocio. Incluso si le tienen mucha confianza al barrio o algo así. Está a punto de preguntarle respetuosamente a uno de los otros clientes si había que gritar o qué, cuando de la puerta de atrás sale alguien.
Y aquí es donde el debate interno de Miyano se tambalea.
El tipo que sale es injustamente alto, seguramente le lleva dos cabezas y media. Usa una camisa sin mangas oscura que deja ver buenos y construidos músculos, aunque no es... tan excesivo, y lo que es peor: una banda de tela roja echando su cabello hacía atrás. Pero ¿por qué es lo peor? Porque así deja ver que su muy, muy atractiva cara tiene dos perforaciones que enganchan la atención de Miyano inmediatamente.
Un piercing picando su ceja izquierda y un aro en la nariz. Eso es todo lo que se necesita para que Miyano quede K.O.
Para que su personaje sea fácilmente aplastado por la divinidad de un ser humano.
Cuando el tipo se detiene frente al mostrador, en la caja, hace una seña a Miyano para que deje la canasta ahí, en la barra. Pero, bueno, Miyano no está prestando realmente atención, y su momento más humillante se extiende porque carece de elocuencia y termina frunciendo las cejas y-
—¿Disculpa? —balbucea.
El tipo hace una pausa, mira la canasta y luego a Miyano. Sus ojos son cafés, un tono claro llamativo, y la sonrisa que aparece en su rostro destruye el resto de conciencia que tenía Miyano.
Miyano.exe ha dejado de funcionar temporalmente.
—Necesito canjear eso, amigo. ¿Me permites la canasta?
Vale, no solo es muy bueno gesticulando —oye, es un rasgo importante, ¿sí? Miyano no está mirando tan mal al tipo— sino que también tiene una buena voz. No como... extremadamente masculina, asociada por lo general con los ogros de las cavernas. Es suave en una forma casi burlona, y el rizo de su acento le da mucha más personalidad.
«Ah, Miyano, Miyano, ¡despierta!»
Debe estar más rojo que la sudadera que está vistiendo cuando su estupidez se le pasa un poco. Pone la canasta con un movimiento que espera desesperadamente no se vea demasiado nervioso y espera a que empaquen sus bonitos y visualmente deliciosos panes para poder huir lo más rápido posible.
El pitido de la caja registradora no es lo único que pone nervioso a Miyano, sino las miradas constantes del tipo. ¿Qué? ¿Nunca ha visto a alguien más a punto de tener un infarto frente a él? Seguramente sí, si tiene espejo entonces sabrá lo que tiene.
Molesto porque sus pensamientos no ayudan con el color de su rostro, Miyano espera el total y le entrega el dinero. Cambio y agradecimiento dado, Miyano se da la vuelta para huir.
Está casi por pisar la bonita alfombra de la entrada cuando escucha un:
—¡Hey!
Miyano de voltea, y el tipo está sintiendo muy bonito, sí. Todo dientes perfectos y- Oh, ¿esos no son muchos piercings en sus orejas?
«Santo Cielo, Miyano, cálmate.»
—¿Q-Qué?
—Me llamo Sasaki, ¿cómo puedo llamarte?
Miyano estaba cien por ciento seguro que su rostro no podía sonrojarse más, pero mira, hoy rompió hasta el récord.
Carraspea para que su voz no salga patética y fina como el zumbido de una molesta mosca.
—Miyano.
La sonrisa del tipo- de Sasaki se vuelve muy juguetona, en su opinión, y la verdad es que la luz que entra por las ventanas laterales, amarillentas y calmadas ya que apenas es de tarde, no ayudan porque el cabello pelirrojo y los piercings parecen brillar y exigir la atención de Miyano.
—Eso es Myaa-chan para mí.
Miyano se pone mucho más nervioso, balbucea alguna estupidez y luego sale rápidamente de allí.
Entonces, sí, Miyano creía que era muy heterosexual pero esa maldita reacción reciente confirma que quizá no deba estar tan apegada a las etiquetas de ahora en adelante.
En especial cuando Sasaki no solo coquetea con él de la forma más descarada posible, sino que lo invita a salir un mes después. En una cita.
Miyano se sorprende a sí mismo aceptando rápidamente.
Quizá sea muy gay para los tipos pelirrojos, de bonitas sonrisas y con muchos piercings.
(P.D: Sasaki lo llevó a un café con temática de mangas BL y Miyano aceptó que estaba absoluta y positivamente enamorado de este ser humano.)
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SasaMyaa Week 🦁🐰 2023 !!
Fanficuniéndome un poco tarde but i'm here. 💕 #SasaMyaaWeek2023 #ssmy_FA