Capítulo 10

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Título: Vull ballar amb tu, però ho faig fatal Sempre hi ha por al cor dels amants. - Ginestà - Em bategues. 

Casi una semana había pasado ignorándolas, casi una semana sin quedar, sin responder los mensajes sin abrirles la puerta cuando venían a buscarme y casi una semana llorando y escuchándolas llamarme de todo por la ventana de mí habitación.

- No era a esto a lo que me refería. - Dijo Úrsula cuando terminé de contarle todo.

- Úrsula joder no me eches la bronca, ¿No era esto lo que querías? pues ya está. - Contesté yo a la defensiva.

- Para empezar no descargues tu frustración conmigo, segundo, yo nunca dije que te apartaras sin dar explicaciones. - Respondió ella intentando mantener la calma.

- ¿No ibas a presentarme gente? pues venga ya estás tardando. - Yo por el contrario no estaba nada calmada.

- Adriana por favor, trátame con respeto para empezar.

- Con respeto te digo que hagas lo que prometiste. - Se quedó unos segundos en silencio, unos segundos que se me hicieron horas.

- No.

- ¿Qué? - Me quedé muda, no supe qué decir, mi mundo se venía abajo, eso quería decir que me iba a quedar sola, mis amigas, bueno ex amigas ahora no iban a dejarme volver después de esto, Úrsula me acababa de dejar tirada, se acabó toda mi vida social ya, antes de cumplir los 18, comencé a sentir una presión en el pecho que no me dejaba respirar.

- No voy a presentarte a nadie hasta que les des una explicación. - Continuó ella.

- Me han tratado fatal, no se lo merecen.

- Me da igual, las cosas no se hacen así. - Estábamos en mi habitación, yo en la cama sentada y ella de pie mirándome con esa mirada inquisidora. Me quedé en silencio, quería hacerlas sufrir pero en ese momento me di cuenta de que Úrsula llevaba razón, me estaba pasando.

- ¿Y qué les digo? - Pregunté relajando mi voz.

- Lo que sientas cariño, sin enfados, sin voces más altas que las otras, con tranquilidad y respeto. - Contestó ella sentándose junto a mí y acariciándome la espalda.

- Ojalá nunca las hubiese conocido, todo sería más fácil. - Dije mirando al suelo.

- Si la vida te las puso en el camino, para bien o para mal, es por algo y aunque no lo creas ha sido para bien.

Al día siguiente quedé con ellas en una cafetería, sus miradas inquisidoras me rodeaban y no sabía qué hacer a parte de darle vueltas a mi café.

- Bueno ¿Se puede saber para qué nos has llamado? - Preguntó Abigail de malas maneras.

- Si tía estás rarísima. - Le siguió Paola.

- Pasas de nosotras una semana entera y ahora esto. - Termino Cora.

- Nuestra amistad, es..., quiero decir que, se ha acabado. - Conseguí decir sin llorar ni soltar la cucharilla de mi café.

- ¿Tía que dices? - Preguntó Cora.

- Eso es el tío ese que estás conociendo, te está sorbiendo el cerebro, no te deja pensar, déjale. - Comenzó a asumir Abigail.

- No estamos juntos y no ha sido él, soy yo. - Contesté yo intentando parecer segura.

- Ahora nos soltarás la de no eres tú soy yo. - Respondió Paola poniendo voces.

- Pues sí, soy yo, siento que ya no encajo aquí. - Conseguí decir.

- Tía si es por lo de que eres virgen tu tranki que no nos importa, haber molaría que no lo fueses porque no sabes lo que te estás perdiendo, pero si tu has decidido ser asexual pues que te queremos y eso. - Dijo Abigail otra vez asumiendo todo.

5 errores y un aciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora