El Infierno (Oc x Jujutsu Kaisen)

9. Tú Voluntad

Con cada fibra de su ser vibrando de ira y dolor, Aren enfrentó a Jogo. El enfrentamiento fue brutal y despiadado. A pesar de las quemaduras que marcaban su cuerpo, Aren no se detuvo hasta que finalmente, con un acto de fuerza sobrenatural, arrancó la cabeza de Jogo de su cuerpo. La sostenía en alto, un símbolo de victoria teñido de tristeza y venganza.

Jogo, aún con vida en sus últimos momentos, escupió maldiciones a los humanos. "¡Malditos sean! ¡Nunca entenderán el poder de las maldiciones!" gritó con un odio visceral.

Aren, mirándolo con desdén, respondió con una voz fría y resuelta: "Es tu fin, Jogo." Y con un último acto de voluntad, envolvió la cabeza de Jogo en llamas, consumiéndola por completo. "Maldito..." susurró Aren, su voz era un eco de su corazón roto y su espíritu vengativo.

La escena era impactante, un retrato de la destrucción y la venganza. Aren, de pie, victorioso pero profundamente herido, era la imagen misma de la pérdida y la determinación.

Aren, con pasos vacilantes y el corazón pesado, se acercó al cuerpo inerte de Mai. La vista de ella, tan quieta y silenciosa, era un golpe devastador a su alma. La joven que una vez estuvo llena de vida y sueños ahora yacía sin aliento, su piel marcada por las llamas que le habían arrebatado la vida.

Aren se arrodilló junto a ella, tomando su mano fría entre las suyas. Las lágrimas comenzaron a fluir libremente por sus mejillas, cada una un testamento del amor perdido y el futuro que nunca sería. En ese momento de profundo dolor, el mundo de Aren se sintió vacío y desolado, un reflejo del vacío que Mai había dejado atrás.

Aren, con lágrimas brotando de sus ojos, se arrodilló junto al cuerpo sin vida de Mai. La tristeza se apoderó de él mientras acariciaba suavemente su cabello chamuscado por el fuego. "Nunca imaginé despedirme de ti de esta manera, Mai," susurró con voz temblorosa.

Sus ojos se fijaron en el rostro sereno de Mai, recordando los momentos que compartieron, los sueños que habían construido juntos. "Me enseñaste sobre la libertad, sobre el amor. Te lo agradezco," continuó, su voz apenas un hilo.

Con delicadeza, cerró los ojos de Mai, dándole un último beso en la frente. "Adiós, Mai. Siempre estarás en mi corazón," dijo Aren, permitiéndose un último momento de duelo antes de levantarse y enfrentar el vacío que Mai había dejado en su vida. La despedida era un silencioso homenaje a un amor que, aunque breve, había cambiado su mundo para siempre.

Aren, con cada paso marcado por el peso del duelo y la desesperación, avanzó lentamente hacia donde Maki yacía. La devastación del combate había dejado su marca en todo lo que le rodeaba, y el aire aún olía a humo y cenizas. A medida que se acercaba a Maki, una mezcla de emociones lo embargaba; el alivio de encontrarla con vida se entrelazaba con la ansiedad por su estado.

Al llegar a su lado, Aren se arrodilló cuidadosamente, observando el rostro pálido y las heridas de Maki. A pesar de su debilidad, había señales de vida en ella, su pecho se elevaba y descendía levemente con cada respiración. Aren extendió una mano temblorosa para sentir su pulso, encontrándolo débil pero constante. Maki estaba viva, pero necesitaba ayuda urgentemente.

En ese momento, Aren se permitió sentir un atisbo de esperanza, un contraste agudo con la desolación de haber perdido a Mai. Recordó los momentos que había compartido con Maki, las batallas que habían luchado juntos, y la fortaleza que ella siempre había demostrado. Maki no era solo una compañera de equipo, era una amiga, y ahora, en su momento más vulnerable, dependía de él.

Aren sabía que no había tiempo que perder. Necesitaba llevar a Maki a un lugar seguro, donde pudiera recibir la atención médica que necesitaba. Con cuidado, la levantó en sus brazos, sintiendo el peso de su responsabilidad. Mientras caminaba, su mente estaba llena de determinación. No permitiría que la tragedia se llevara a otra persona cercana a él. A pesar del dolor y la fatiga que lo consumían, la necesidad de salvar a Maki le daba fuerzas para seguir adelante.