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Ángel saca sus juguetes de hojalata, madera y demás materiales para jugar. Algunas de estas hoy en dia reliquias, las traia su padre directo de Estados Unidos, cuando iba a cerrar tratos con clientes de la fábrica donde era gerente. 

Los juguetes favoritos de Ángel eran un buquecito de madera, pintado a mano y un peluche con carita de goma que parecía ser un lobo. El Señor Lobo. 

-¡Marineros! ¡Listos para zarpar!- grita interpretando al capitán de una fragata. 

Ángel no sabía que en realidad, no necesitaba navegar, si él sabía volar en los cielos llenos de nubes blancas como su inocencia.

El Señor Lobo era su compañero de aventuras. Señor Lobo parecía ser el único en la tierra que no lo despreciaba por ser él... un ángel. 

Mientras Ángel juega, la ama de llaves prepara la merienda, mientras la madre, en silencio, mira el televisor, como si se lamentara algo. En realidad, La Mujer solo cocinaba en ocasiones, por que su ama de llaves hacía todo. 

-Señora, ¿va a querer café?- pregunta Panchita, una mujer más grande que ella, un tanto gordita, con su ropa que indicaba su oficio. 

-No, no. Solo quiero ver la televisión. - La Mujer, recogía un mechón del cabello sobre su oreja.

-Mmmm, señora, recuerde que más que nadie, usted debe cuidar sus comidas.

La Mujer gira sus ojos con fastidio y acepta con amargura la merienda. 

Ella aun recordaba el por qué de todas las cosas. 

Cuando Ángel nació, fue un milagro que naciera varoncito, recordemos, que eran los años 50. Ángel era bello y regordete, pero, a cambio, La Mujer quedó estéril, un parto complicado sin las tecnologías actuales tuvo ese desenlace. Era apenas una chiquilla. Y los doctores le dijeron que debia cuidarse mucho desde ese entonces. 

El perro empieza a ladrar con cierta alegría sacando de sus recuerdos a La Mujer. Era El Hombre.

-Hola a todos- saluda El Hombre- pfff, vaya día. ¡He trabajado tanto! ¡Tu padre estaría orgulloso!- El Hombre le da un beso en la cabeza a La Mujer. 

Esta contiene su gesto de fastidio.

-Si, él lo estaría. 

La Mujer aprieta los labios pintados de rojo para evitar suspirar pesadamente y continúa en lo suyo.

-¡Panchita! ¡Haz algo de comer y que sea rápido!

-¡Si señor!- grita Panchita desde la cocina.

La Mujer recuerda, con cierto desagrado por que está casada con ese hombre que casi le dobla la edad. Fue su padre antes de morir quien lo decidió. El señor Celis. 

El señor Celis construyó un imperio de velas. Puras velas. Eso empezó a fabricar hasta volverse en una de las más grandes empresas. Pero, el cáncer le atacó sin esperarlo y sin saberlo. Estaba muy enfermo. Y el día en que iba a morir, mandó a llamar a El Hombre, a sus tres hijas, y eso por ende, incluía a La Mujer,  la hermana menor, así como a su esposa, la Señora Fernández de Celis quien es la madre de estas damas. 

"Hijas mías, pronto partiré de este mundo. He de decir que me quedo tranquilo por que Rosa y Reina ya tienen un hombre a su lado que las sustente y de apoyo. Pero mi pequeña hija menor, estará sola. Así, que, acércate, hijo, que aunque mi mujer no te parió ni tu tienes mi sangre, te has convertido en parte como de mi familia. Hijo mio, toma como esposa a mi hija menor, es mi voluntad"

El hombre miró con sorpresa a La Mujer, quien era tan solo una adolescente de 13 años. 

"Eres mi mejor trabajador, haces cosas buenas. Se que tomarás esta misión como tu sabes hacerlo.Podrás continuar mi legado dándome un nieto y quedándote como gerente de la fábrica, porque dejaré como dueña a mi mujer."

La Mujer queda con ese sabor amargo de la despedida de su padre, obligándola a casarse con un hombre mayor que no conocía y a quien en el fondo despreciaba por representar esas cadenas que la separan de ser feliz. 

-¡Ey! ¿No quieres que Panchita te sirva?- su esposo la llama amorosamente a la mesa.

-Si, dile que ponga mis alimentos y los de Ángel- dice con cierta rudeza y hastío.

La Mujer vuelve a su realidad y se para del sillón para llamar a Ángel.

-¡Ángel! ¡Baja inmediatamente que ya te van a poner la cena!

Ángel, sumergido en esa fantasía infantil de un futuro que no existe al lado del Señor Lobo, vuelve a su habitación y obedece las instrucciones de su madre. Guarda sus juguetes en el baúl y corre emocionado por las escaleras. 

-¡Niño! ¡Ten cuidado por donde corres, que te darás un porrazo y yo no respondo por chipote con sangre!- le grita La Mujer a Ángel durante su carrera.

- Perdón mamá

-Ya, siéntate y saluda a tu papá que ya está aquí

-Padre...- Ángel solía hablar así con él.

-Hola Ángel, siéntate que vamos a comer algo

Todos se sientan a la mesa. La radio suena con alguna canción de moda, quizá. 

-¿Qué tal la escuela muchacho?- El Hombre corta los pedazos de carne que le han preparado en salsa verde.

-Bien, padre- Ángel luce sumiso.

-Más vale que sea así

-Ya le dije que hablaré con el maestro Zarate al terminar mes- La Mujer entra a la conversación. 

-Eso es bueno. Quisiera que Ángel tuviera clases en casa de música o algo similar- El Hombre luce demasiado convencido.

La Mujer reacciona con un nerviosismo muy evidente.

-¡Te parece que lo necesita? Tiene solo seis años- La Mujer no quiere mas personas en su hogar, lo quiere libre para ella y el afilador de cuchillos. 

-Si,  es una edad muy buena para que aprenda de todo, ¿no crees tú?

La Mujer está en silencio. Todos continúan comiendo. 

-Bien,  estar{é en mi estudio trabajando unas cuentas. 

-No molestes a tu papá, ¿oíste?- La Mujer se apresura a regañar a Ángel. 

-Yo quería jugar con él... - protesta el pequeñito. 

-Tu padre debe trabajar, anda, a tomar un baño y luego a dormir. 

-Si

Ángel se dirige a la bañera estilo americana de su cuartito de baño. 

-¿Por quÉ nadie quiere jugar conmigo?


Ampara ángel esta corrupta escena
de un inocente que siempre espera

que alguien juegue cerca,
que lo ame sin pena

¡Oh Dios! No abandones su pequeña alma,
su dulce alma que apenas se salva,
pisa aquella serpiente mala

que tira veneno y cizaña

En las cosechas del buen sembrador
que planta todo con amor
engendra toda tu Sagrada Pasión
y no dejes que se coman su corazón



El ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora