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Angel continúa yendo a la escuela como de costumbre, rechazado por sus compañeros, golpeado y maltratado.

"Y si mejor, en lugar de tener un barco, tengo un avión para volar? Quiero conocer las nubes, los pájaros, el Sol..."

Ángel tenía que pasar tiempo solo y escondido en la escuela para que no lo molestaran.
El Maestro Zárate se daba cuenta de eso,  pero no sabía cómo enmendar tal situación tan morbosa.

"Tengo que ir a su casa, debo hablar con esa Venus que no está haciendo bien las cosas"

El Maestro Zárate se acerca a Ángel mientras lo ve sentado en el jardín del patio.

-Hola Ángel , ¿qué haces?

-Estoy dibujando mi nuevo avión, se ve bien, ¿verdad? - Ángel muestra la hoja con un dibujo.

-Si... Si continúas estudiando, seguro que tendrás uno en el futuro... ¿Te gustaría ser piloto de avión?- el maestro Zarate se inclina gentilmente a observar el dibujo.

-Nunca lo había pensado hasta hoy.

-Oye, dile a tu mami que mañana visitaré su casa después de las clases, necesito hablar con ella.

-Si maestro

-Bien, continúa dibujando tu avión, Ángel

-Claro

Ángel sigue el día de escuela como de costumbre, pero la gran diferencia es que ahora el Maestro Zárate se preocupa más por él.

En ls tarde, con el sabido ritual del medio día, La Mujer llega por su pequeño.

-Mami, dice el Maestro Zárate que quiere mañana hablar contigo en casa

-¿Enserio? - el semblante de La Mujer cambia a uno muy alegre.

-Si, dice que vendrá después de las clases...

-Muy bien niño, gracias por avisar.

Ángel y su madre caminan por la calle y ahí ven a un heladero.

-¿Quieres uno?- pregunta ella con una sonrisa en el rostro

-¡Si mami!

Ángel acepta alegre, pero su pequeña intuición, le dice que hay algo extraño en ello.

"¿Por qué no está enojada como siempre?"

Ángel da saltitos con su helado y La Mujer no deja de sonreír.

Cuando llegan a casa, Dody salta sobre Ángel que ya terminó el helado y su madre inmediatamente llama a Panchita :

-Panchita, mañana tengo visitas a esta hora, prepara la mejor vajilla que tengas y piensa en algo bueno para comer

-Si señora, ¿cuántas personas?

-Una

Panchita pone rostro serio y rueda los ojos sin que La Mujer la vea. ¿Quién es su nueva conquista?

-Mañana, te vas a llevar este dinero, y después de la escuela
te compras lo que tú quieras y vas a visitar a tu abuelita. ¿Si? - La Mujer saca de su carterón dinero para dárselo al pequeño.

-Si- Ángel no puede creerlo, pero algo no está bien.

-Ten cuidado con los roba chicos, no aceptes nada que te ofrezcan, para eso te doy dinero.

-Si mami

Panchita escucha desde la cocina. Tic, toc, tic, toc, hace el segundero del reloj, mientras ella, intenta contener su molestia. Ha puesto una olla en la estufa, hirviendo un caldo.

El ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora