Prólogo

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No necesitaban palabras para describir lo bien que estaban en ese momento , ella recostando su cabeza sobre el hombro de el y este mismo sobre la cabeza de la castaña.

Ambos admirando el atardecer como los "amigos" que eran.

—Itadori —Llamó, en un susurro inseguro.

—Dime , Kugisaki —Respondió, entre abriendo sus ojos.

Un suspiro profundo se escuchó de parte de la hechicera quien tomo todo el valor para hablar.

—Tu crees en las reencarnaciones? —Preguntó, aunque al instante se sintió tonta preguntando aquello.

—Puede decirse que si , porque la pregunta? —Indagó, poniendo a Kugisaki nerviosa.

Sus labios temblaron levemente y pensó por un momento en callar lo que sentía.

Poco a poco ambos se separaron para verse por unos pequeños segundos, antes de que Nobara hablara.

—Yo...—Tartamudeo— si llegáramos a reencarnar...te gustaría ser...mi novio?

Un sonrojo se pinto en ambos rostros , el cuál se podía mezclar con la iluminación naranja del atardecer.

Itadori sonrió bajando un poco la mirada con la intención de ocultar aquel rojo de sus mejillas , más sin embargo , al levantar la vista se topó con los ojos chocolate, curiosos por saber la respuesta.

—Claro que me gustaría...

Nobara sintió como su corazón se aceleraba , y no era para menos , pues el chico del cuál se enamoró aceptaba sus sentimientos.

Una sonrisa se dibujo en sus labios.

—Pero...porque no serlo de una vez —Cuestionó dejando a la castaña sin palabras.

Ella sabía el riesgo que se corría al ser una pareja siendo hechiceros.

—Yo, tengo miedo...—Balbuceó— miedo de que alguno de ambos sufra si se pierde a uno en batalla...

Entonces ahí Itadori pareció entenderlo. Eran hechiceros que se arriesgaban día y noche combatiendo maldiciones y exponiendo sus vidas. No podían estar juntos , al menos no en esta vida.

Pero el era tan necio y eso era algo que le daba gracia a la mayor.

—No te preocupes, todo estará bien, no dejaré que te pase algo malo , lo prometo.

Tal vez tenía razón , después de todo eran humanos con sentimientos, tenían derecho a amar.

Después de todo , que malo podría pasar?

AL ATARDECER. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora