Capítulo 23

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~Nueva Portadora De Un Gåō~

El desayuno sabía a rancio y el agua a... agua. Ni siquiera hoy en el que por fin salía un poco de sol me contentaba.

Y la tensión se notaba en el aire.

Mucha tensión

- Bien... entonces seré la primera en hablar - carraspeó Sara-Lin - ¿Alguno de vosotros nos va a explicar que pasó sea a donde sea que habías ido, allí abajo?

- Sí, ya han pasado dos días y estáis raros - apoyó Lewis asintiendo frenéticamente

Me levanté de la mesa

Todos dirigieron su mirada hacia mí

- Lo siento, tengo que irme - dije recogiendo mi mochila y salir corriendo

- ¡HEY! ¡NELL! - me llamó Lewis pero le ignoré y continué corriendo hasta salir del Árbol Comilón

Cuando llegué a los baños, me encerré y me senté en el váter reprimiendo las ganas que tengo para gritar.

- ~Nelly Nancy McGregor,  acude al despacho de la señorita O'Higgins - habló algo muy cerca de mi oreja

Me asusté y me levanté del váter sorprendida

- Ah, una tarjeta mensajera - suspiré aliviada al ver algo verde flotando muy cerca

Lo atrapé en el aire y salí del baño preguntándome para qué me habrá llamado la señorita O'Higgins

Su despacho se encontraba en la parte trasera del castillo así que tuve que dar media vuelta para llegar hasta él

Mientras bajaba las escaleras,  me encontré con Yvonne y Sace

- ¡Allí estás! - exclamó Stace cuando me divisó

Ambos se acercaron apresuradamente hacia mi

- ¿Estás bien? - preguntó Stace

Asentí con la cara indiferente

- Llevas actuando rara desde hace dos días ahora - me reclama Yvonne - Y ninguno de tus compañeros quiere abrir la boca

No respondí. Necesitaba alejarme de ellos cuanto antes

- Tengo que irme - dije señalando la tarjeta mensajera - Nos vemos

Me alejé de ellos que se quedaron con las palabras en la boca

Al llegar a la puerta del despacho de la señorita O'Higgins, escuché cómo hablaba con alguien desde dentro

- Hablaré con ella señor - dijo - No se preocupe

Después de unos minutos en silencio, toqué la puerta

- Adelante - respondió desde dentro

El interior de su despacho era muy complejo. Y estaba lleno de espejos. Muchos espejos. Tal vez demasiados

¿Qué tipo de mujer necesita tantos espejos en un despacho?

- Siéntate, Nelly - me ordenó serena

Hice lo que me pidió. Entonces noté algo raro en ella. No me miraba con esa cara de odiosa que siempre tenía cada vez que me miraba. Esta vez, aunque su mirada se encontraba lejana, me sonrió con calidez. Incluso noté algo como preocupación en su manera de mirarme

Aún así, me quedé callada y confundida

- Nelly... - se sentó en otra silla - Tengo algo que proponerte 

Última HechiceraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora