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Chapter 09: "miedo y culpa"
Habían pasado cuatro días de lo sucedido, Keisuke aún no comprendía lo que sucedía estaba en una lugar extraño, con gente extraña y sin su mamá, su único lugar "seguro" era la esquina la cual se encontraba entre el lava platos y un mueve de copas.
Adelaida, la mujer quien se ha encargado de alimentar y cuidar de Keisuke estos últimos cuatro días estaba muy preocupada, el pequeño estaba desanimado, come poco y no quiere hablar; ella siempre ha dicho que la comunicación cambia todo pero cada que quiere hablar con él se le dificulta mucho ya que se gana en una esquina y abraza su chaqueta.
Antoni ni siquiera se dignaba a hablarle o a verlo, no era su responsabilidad como el lo ha dicho varias veces, aunque en el fondo siente un poco de culpa por no saber como hablar o cuidar a un niño ya que nunca lo ha echo.
—Pequeño Kei, hice un poco de pie de limón y está delicioso ¿Quieres un poco?—
El más pequeño alzó la vista viendo a la mujer, se encontraba débil por no comer mucho y sin contar que lo más seguro es que haya agarrado un resfriado; sin más desvío su mirada mientras asentía lentamente al fin y al cabo la mujer se ha preocupado mucho por él.
—S-Si quiero... quiero un poco del pie de limón—. Hablo suavemente el muchacho mientras posaba sus manos en aquel piso de madera y así ayudarse a levantarse.
—Muy bien pequeño, debes de comer si quieres estar fuerte—. Animo la mujer mientras sonreía cálidamente, Adelaida dejó aquel postre en la mesa y ayudó a Kaisuke para que lograra sentarse en la silla.
—Come con confianza muchacho, pero con cuidado—. Termino de hablar la mujer mientras servía aquel delicioso postre en el plato y así dejarlo frente al muchacho... con cuidado acaricio su cabello. —Iré a buscarte un poco de jugo, tu come tranquilo.
Y así la mujer se perdió dentro de la cocina, el más pequeño agarro el tenedor y partió un pequeño trozo, se le hizo agua en la boca al sentir el olor del limón y sin más se echo aquel trozo a su boca saboreando el sabor asido y dulce del postre; un leve sonrojo apareció en su rostro y siguió comiendo el postre.
—"Delicioso"—. Pensó Baji mientras terminaba el postre, habrán pasado unos 3 minutos y la mujer había regresado al living con un jarrón de jugo, el muchacho se encogió un poco. —Vaya, te comiste todo el trozo... eso me calma—. Sonrió de manera cariñosa mientras dejaba un vaso frente al muchacho y así servirle un poco de jugo.
—Bebe, es jugo de cereza súper delicioso, mi esposo cosecha cereza y siempre me trae para preparar dulces—. Hablo la mujer mientras se sentaba en la silla frente al chico. —Kei, la verdad me gustaría ayudarte, no me gusta que estes en ese rincón pasando frío y hambre.—
Hablo la mujer de manera preocupada, el chico se digno a mirar a la mujer con leves lágrimas en sus ojos.
—y-yo... tengo miedo, mamá no está conmigo y usted ha echo lo posible para ayudarme; yo no sé qué hacer, tengo mucho miedo y extraño a mi madre—. Lloro el muchacho, la mujer se levanto de la silla para ir a abrazar al pequeño que buscaba consuelo.
—tranquilo pequeño, tu madre está bien lo prometo... la mujer que los atacó solo busca a niños lo más probable es que dejo ir a tu madre, además yo te ayudo por que no puedo dejar a un pequeño solo—. Hablo mientras sentía como el pequeño se aferraba a su delantal.—
Al escuchar las palabras de la mujer tuvo una pisca de esperanza, pero aún no era nada confirmado.
—pero quiero preguntarte algo pequeño—. Hablo la mujer mientras sostenía con cuidado los hombros del muchacho para que la mirara.— ¿Como fue que llegaron aquí?.—
Otra vez el sentimiento de culpa apareció en el pequeño niño, cerro sus ojos mentalizándose y ganando el valor para contarle a la mujer como fue que llegó a este lugar.
—bueno... fue más mi culpa ya que yo quería ir a ese asombroso circo; le insistí a mi madre. Mejore mis notas y comportamiento todo por ese circo—. Relató Baji arrugando un poco su pantalón.
—cuando por fin pude convencerla y emprendimos viaje sucedieron muchas cosas extrañas... primero andábamos en una carretera extraña y de la nada apareció un gran minka—. Siguió hablando el azabache, pero se encogió y tembló al recordar todo lo sucedido ahí y como casi matan a su madre. —todo iba muy bien hasta que...—. Sus lágrimas nuevamente empezaron a salir.
Baji se sintió avergonzado y humillado, nunca había llorado tanto... pero con todo lo que ha pasado ya no tiene fuerzas, solo desea un abrazo de su madre; la diversión que extraña de sus amigos, y olvidar por siempre aquel deseo de ir a ese circo.
—cariño, si no quieres no sigas contando... eres una pequeña cosita que ha sufrido mucho en tan poco tiempo—. Abrazo suavemente al muchacho por segunda vez. —ya te lo prometí pequeño Kei, encontraremos a tu madre cueste lo que cueste.
—pero ahora será mejor que coloques de tu parte para mejorar, estás muy desnutrido por no querer comer además de te que falta un baño—. Sonrió Adelaida mientras acariciaba el cabello un poco grasiento y sucio del Niño. —muchas gracias señora... gracias por acogerme.
Y nuevamente el pequeño Keisuke se apegó más a la mujer, aunque se podría decir su nueva figura materna.
