- ¿Qué ha sido ese ruido? - dijo Hanao, una chica peliazul de ojos carmesí y algo baja, mientras se preparaba una taza de café.
Hanao y Yulie se encontraban en su casa comiendo, cuando Hanao escuchó un ruido extraño que venía del exterior. Le pareció raro, ya que ellas no vivían en medio de una ciudad o un pueblo, ellas estaban solas, desde hace ya un tiempo que vivían en una casa rural, alejada del mundo que les rodeaba.
- ¿Has escuchado lo mismo que yo? – continuó Hanao mientras le temblaba la voz.
- Si lo que escuchas son mis tripas, yo diría que si – contestó Yulie algo juguetona.
- Yulie, no me seas capulla venga vamos a ver- respondió dejando su taza de café en la mesa.
- No es mi culpa que haya mezclado tu batido de vainilla y mi batido de fresa solo porque no querías tomártelo.
Yulie y Hanao eran amigas de la infancia, Yulie era una chica bastante bromista y siempre le gustaba molestar a Hanao ya que esta tenía una personalidad bastante seria y poca paciencia, Yulie era una chica esbelta de pelo rosa, ya algo desteñido, sus ojos eran de color océano, ese tipo de azul que hipnotiza reflejando destellos verdosos. Ambas amigas tenían alrededor de 16 años, se podría decir que eran polos opuestos, sus personalidades eran completamente distintas incluso su forma de vestir lo era. Yulie solía vestir de una forma elegante mientras que Hanao optaba por una opción más cómoda, siempre con su chaqueta escarlata.
Se encontraban en la cocina de su casa y ante la respuesta de Yulie, Hanao bufó y se colocó su abrigo. Esta le dio a Yulie las llaves, por si volvían. Ella se encontraba jugando con las llaves, mientras tanto Hanao buscaba de donde venia ese ruido ajeno que procedía del bosque, un bosque extraño que había cerca de su casa.
- Venga Hanao déjalo ya, tengo que ir al baño ese batido me ha dejado con dolor de tripa- dijo Yulie berreando.
- Ahora te aguantas, y deja de jugar con las llaves- le regañó Hanao
Estas se estaban alejando cada vez más de su casa y Hanao solo quería saber de dónde venía ese ruido ya que la última vez que escucharon un ruido así, fue cuando Yulie rompió el refrigerador y Hanao tuvo que comprar otro.
- Hanao-llamó Yulie.
- Ahora que quieres- contestó la peliazul mientras se giraba
- ¡Mira! - Yulie señaló a un agujero del suelo, que parecía ser un portal de aquellos que aparecían en los libros.
- ¿Qué es eso? – dijo Hanao mientras que se acercaba a ese portal.
- ¿Tú te crees que yo lo sé? – preguntó Yulie sorprendida – ni que fuera la Wikipedia.
- ¿Esos no son los cascos de Xavi? - preguntó preocupada Hanao.
- Creo que si..., mira hasta tienen el llavero que Xavi siempre trae consigo.
Xavi era uno de los mejores amigos de Hanao y Yulie, se conocieron en la secundaria, Xavi tenía el pelo más largo que Yulie, que lo llevaba por debajo de los hombros, ese pelo lacio, marrón y desarmado siempre recogido en una coleta baja, tenía los ojos de color avellana, era muy alto, aunque no podrías decir que escuálido. Vestía siempre con ropa holgada, sudaderas, chándal, ropa deportiva en general, pero siempre con sus inseparables cascos negros, él le decía que era para no escuchar a los profesores y sus molestos gritos.
- No me digas que Xavi se ha caído por ahí- preguntó Yulie preocupada por el rebelde
- Pues como se haya caído ya podemos preparar su funeral- dijo bromista Hanao.
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La reina carmesí
FantasyYulie y Hanao, dos chicas aparentemente normales, viajan a otro mundo completamente desconocido, en busca de un amigo, sin saber lo que le deparara el destino