El día siguiente Yulie estaba durmiendo, cuando despertó vio a un hombre de ojos grises, pelo corto y de un tono azulado sentado a su lado al parecer era el chico de ayer.
- Buenos días, ¿estas mejor? - dijo el chico en un tono bajo al parecer él también estaba medio dormido.
- Si, pero ¿Quién eres? - preguntó Yulie.
- Yo soy Fuyuki, capitán de la Fila 1 encantado.- Dijo el chico de mientras le extendía la mano, este era un chico alrededor de 23 años era más bien alto y algo flaco, su flequillo estaba apartado a un lado con una pinza negra. Su pelo era corto y de color azul con un mechón blanco, sus ojos eran grises claros. A Yulie, le parecía rara su mirada ya que parecía no tener ninguna expresión en ellos, ni tristeza, cansancio o incluso enfado, no, estos no expresaban nada, algo que asustó a la chica. Su ropa era cómoda llevaba una chaqueta azul claro con un jersey rojo, sus pantalones de un tono negro claro estaban rotos y algo viejos.
- ¿Qué pasó ayer...? - Yulie intentó pensar en lo que ocurrió ayer hasta que recordó a su amiga- ¿Hanao?, ¡¿Y Hanao?!- dijo preocupada Yulie, a la vez que Fuyuki suspiraba.
- No lo sabemos todavía, hemos mandado a otra fila a que la busquen.
- ¿Filas? ¿Qué es eso? - preguntó Yulie aún preocupada por su amiga.
- Son los ayudantes del gremio y los que ayudan a los habitantes de Polaris, creo que Xavi mencionó habértelo explicado – contestó Fuyuki comenzando a perder la paciencia.
- ¿Habéis encontrado alguna pista de dónde podría estar? – le interrogó Yulie.
- Si, a eso he venido – le dijo Fuyuki mientras sacaba algo de su bolsillo – Toma - el chico le dio una pulsera de color azul con el nombre de Hanao puesto en ella.
- Esta es la pulsera que le di...- dijo Yulie bajando su tono de voz.
- Venga, vamos abajo, te están esperando- dijo el otro de mientras se levantaba de su silla.
Yulie y Fuyuki bajaron a la cocina de la casa de la fila, al parecer Fuyuki la compró, pero todos sus compañeros acabaron mudándose con él, convirtiéndose en la casa de la fila 1.
Cuando bajaron, Yulie vio a bastantes personas en la cocina alrededor de 10, esperando a que ellos dos vinieran, cuando Yulie y Fuyuki se sentaron todos los de la fila 1 que estaban en la cocina empezaron a desordenar prácticamente todo, parecía que fueran a romper la cocina. Yulie se quedó un poco más tranquila al ver a su amigo Xavi ya que por lo menos había alguien al que conocía.
- ¡EY, HARUYA DEVUELVEME ESO! - gritó un chico alrededor de 16 años, su piel era bastante pálida, a Yulie le parecía que si la tocaba se iba a congelar, pero al ver que cuando este apenas se rozó con el cristal le salió sangre, entendió que su piel era bastante frágil, sus ojos eran azules bastante claros su mirada era tan fría como la nieve al parecer era un neive, el chico era flaco y bajo. La ropa que llevaba iba conjunto con su tono de piel y pelo, ya que llevaba un jersey blanco excesivamente limpio, tanto, que hasta le salía brillo, también llevaba unos pantalones negros bastante cómodos, este no llevaba zapatos tan solo unos calcetines.
- Te está saliendo sangre- dijo un chico, al parecer era ese tal Haruya, con un tono de voz bastante preocupado, este era bastante alto y algo flaco, su pelo era de un tono rojo aunque parecía que no se lo había teñido parecía que era natural. Su flequillo estaba recogido con una pinza blanca por atrás, sus ojos eran de un azul ópalo y su ropa era cómoda, llevaba un chándal negro claro. – Trae, te doy algo para que te lo desinfectes- continuó el pelirrojo.
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La reina carmesí
FantasíaYulie y Hanao, dos chicas aparentemente normales, viajan a otro mundo completamente desconocido, en busca de un amigo, sin saber lo que le deparara el destino