TAL VEZ

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— ¡Vamos amor! — gritó Mark mirándose una vez al en el espejo que tenían en el recibidor.

Suspiro un poco nervioso mientras acomodaba por milésima vez su traje, era una noche especial no sólo porque se celebraba una graduación sino también porque deseaba darle una sorpresa aún más significativa a su novio.

Tomó su celular notando varios mensajes por parte de sus padres y amigos, cada uno de ellos le deseaba suerte.

— Me sudan las manos, me sudan las manos... — susurró limpiandoselas en una de las toallitas que tenía  la cesta.

— Listo — sus ojos viajaron hasta su novio, hacia la persona que poseía su corazón.

Se quedó embelesado al ver a su pequeño y dulce y maravilloso chico frente a él, vestido preciosamente con un traje negro, la camisa color vino resaltaba sus labios cereza y los lunares que decoraban tan divino rostro.

— Te ves precioso amor, toda una otra de arte única y especial — el sonrojo de su moreno no se hizo esperar.

Amaba cuando se sonrojaba, era un deleite total.

— Gracias Makku — su chico se acercó dejando un cálido beso sobre sus labios, tomó su mano haciéndole ver que era hora de partir.

Miles de escenas pasaban por su cabeza, esperaba que su moreno disfrutará la velada, hace bastante no salían y no porque no quisiesen sino por la diferencia de espacios libres que tenían entre el trabajo y los estudios.

Pero todo esfuerzo había rendido fruto pues hace poco más de dos días se había celebrado finalmente la graduación de su amado, oficialmente su Fullsun licenciado en pedagogía.

Él sabía que sería un gran maestro, seguiría los pasos de su maestro Yeol y lo superaría así como había sido su deseo.

— ¿Qué piensas Sun? — preguntó al verlo ido, sumergido en su mundo.

— Me gustaría poder viajar nuevamente a Japón, esta vez me gustaría ir al campo de flores que me mostraste.

Sonrió grande al escuchar el deseo de su pequeño.

— Podemos ir el próximo año donde los botones hayas florecido.

El moreno le sonrió grande comenzando una gran conversación sobre todo lo que tenia planeado hacer desde ahora en adelante, tenía grandes planes y sueños que sabía que cumpliría y que él siempre estaría a su lado.

Habían vivido tantas cosas a lo largo de doce años, que si miraba hacia atrás en aquel tiempo parecía imposible, pero ahí estaban ellos dos bajo un manto nocturno llegando al restaurante.

El mesero los atendió calidamente guiandolos a su mesa donde dos carpetas fueron extendidas, dos copas y una botella de vino fueron puestas y servidas.

Por un momento desvió su mirada de la cabellera ahora castaña con mechones rubios, miró a su moreno, a Donghyuck, a la persona que quería.

Su pecho se estrujó cuando los recuerdos lo atropellaron, memorias que en su momento fueron realidades, cuando todos los días era un reto y un milagro tanto para el moreno como para su salud mental.

Fueron días y noches horribles donde en cada visita miraba a su moreno bajo tratamientos que herian su corazón, pero reforzaban la esperanza de tenerlo a su lado.

Cada día se levantaba con el único objetivo de ver al chico, cada noche se acostaba orando porque Donghyuck amanecerá vivo. Meses en los que nunca falto aún siento fin de semana a sus terapias, palabras de aliento que siempre procuraba decir cuando miraba apagado los ojos de su persona especial.

Mi Persona Especial - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora