Era su omega, aunque ocultaba cuidadosamente su condición; aún así, pertenecía a él de una manera innegable. Bueno, no lo había marcado físicamente, pero la conexión entre ellos era inconfundible... o así quería creerlo...
Ahora descansaba en sus piernas. ¿Cómo había llegado a esto? Ni siquiera él lo entendía del todo. Hacía apenas unos minutos, compartían conversaciones tranquilas sobre los exámenes finales de sus alumnos, pero la fatiga había vencido al Naberius. Este último se quedó dormido de manera abrupta en una silla que apenas sostenía su cansancio. La intención original de Balam era trasladarlo al antiguo sofá de su oficina para que descansara, pero al levantarlo, Kalego pareció a punto de despertarse. Así que, con habilidad y rapidez, lo acomodó en su regazo para evitar despertar al omega. Y ahí seguían, en una posición extraña, aunque Kalego parecía demasiado cómodo en su regazo, y, sinceramente, Balam no tenía quejas al respecto.
Eran escasas las demostraciones de afecto tierno que Kalego le brindaba. Cierto, estaban saliendo, o algo así, e incluso habían avanzado más allá de "simples besos" en los últimos meses. Sin embargo, Naberius Kalego no se destacaba por su naturaleza cariñosa, y, por lo general, era él quien anhelaba un poco más de atención física... incluso algo de cariño verbal.
El inicio de su relación fue bastante peculiar, desencadenado por unas cuantas copas de más. Balam no pudo contener la revelación de sus sentimientos, un "te amo" que escapó de sus labios sin previo aviso, o quizás con una voluntad oculta. La reacción de Kalego fue de consternación y nerviosismo, Balam por su parte intentó remediar la situación sugiriendo que "olvidara" el comentario. Sin embargo, Kalego le robó un beso, desencadenando así una serie de eventos que, después de dos meses, los tenían oficialmente como pareja.
Y allí estaba él, contemplando a su amado, perfecto y malhumorado omega, mientras su exquisito aroma, apenas perceptible para cualquier otro, se desprendía de él como una mezcla embriagadora de miel y canela. Apreciaba la bendición de su agudo sentido del olfato en esos momentos. Las pronunciadas ojeras que adornaban su rostro solo lograban hacerlo más adorable, y aquellos labios... eran simplemente deliciosos. Sentía la tentación de tocarlos, abrazarlo y...
Pero no era el momento adecuado. Kalego estaba realmente exhausto; los exámenes finales habían sido agotadores, y el pobre omega no había tenido tregua en el trabajo, ya fuera por culpa de Opera, Sullivan, los de la clase de inadaptados o, a veces sin intención, especialmente Iruma. Se reprendió mentalmente por tales pensamientos, pero no podía evitarlo. Tener a Kalego en su regazo, con la cabeza descansando en su pecho y ese delicioso aroma a su alcance, resultaba simplemente demasiado tentador.
Sintió cómo Kalego se acomodaba en su pecho, y también percibió un susurro: "Balam". ¿Kalego estaba soñando con él? No sabía cómo debería sentirse al respecto; una amalgama de orgullo, cariño, pasión y deseos le invadían. No, necesitaba controlarse, pero la verdad era que estaba empezando a tener pensamientos desviados. Sin poder evitarlo, una de sus manos se deslizó por la espalda de Kalego, acariciándola lentamente, lo cual provocó que se removiera un poco, arrancándole suspiros a quien yacía en sus piernas. Se percató de que ahora un ligero sonrojo adornaba las pálidas mejillas de Kalego, haciéndolo ver... demasiado sensual.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que él mismo estaba causando todo eso. Había estado liberando sutilmente feromonas sin darse cuenta, quizás debido a la cercanía con Kalego y a los pensamientos impuros que habían cruzado su mente por breves segundos.
No podía seguir así, ya que lo que escuchaba de los labios de Kalego no le estaba ayudando en nada.
Se despertó algo acalorado; aquel sueño bastante "sugerente" lo había hecho despertar, aunque de bastante buen humor. Cuando se percató de que se encontraba en el despacho de Balam, comprendió que quizás era por el olor de su pareja. ¿Su celo estaba cerca? No estaba seguro, pero tal vez era eso. Agradecía que Balam lo hubiera dejado dormir un poco y que no estuviera presente; verlo en esos momentos sería algo incómodo. Aunque esa siesta le había ayudado a despejarse un poco, decidió tomar sus cuadernos y dirigirse a la sala de los profesores. Seguramente lo estarían buscando; aún tenían mucho trabajo.
Lejos de allí, exactamente en el jardín oeste del campus, se encontraba Balam. Totalmente avergonzado de sus pensamientos impuros y del comportamiento de su propio cuerpo. No habían llegado a ese punto en su relación... y no quería ni pensar en que le diría Kalego si se enterara que había estado a punto de abalanzarse sobre el, después de escucharlo gemir y decir su nombre de una forma tan erótica. Daba gracias a todo lo sagrado en el infierno por su fuerte autocontrol.
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Acompañenme en este reto... por lo menos denme ayuda moral TT-TT no se si lo lograre, tengo 3 fics en hiatus... ahhhhhhhhh (Se mira al espejo y se juzga "¿por que eres así?")
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Sinfonía de Secretos (Balam x Kalego) Omegaverse
FanfictionRelatos cortos como parte del Reto (Omegacembre). La relación de Kalego y Balam es una sinfonía de secretos, donde cada momento íntimo y gesto furtivo se convierte en una nota clave, ejecutada en el más profundo silencio. Su conexión se despliega a...