Supresores... había estado utilizando inhibidores desde su primer celo, hacía casi 8 años. Su ciclo siempre fue tan puntual como el mejor reloj de todo el inframundo, ¿cómo se iba a imaginar que esta vez fallaría? Y ahí estaba él, encerrado en el despacho de su Alfa, apenas notando cómo esa sensación de calor e incomodidad invadía su cuerpo. Agradecía que la profesora Momonoki lo estuviera reemplazando por hoy; la había convencido rápidamente. Sí, estaba consciente de que ella estaba enamorada de él, pero no sabía que él era un Omega. Nadie lo sabía en el plantel educativo. Se sentía mal por usarla, pero ahora no tenía tiempo para pensar.¿Cómo había sido tan indulgente como para no tener un supresor a la mano? La respuesta era simple: su celo se había adelantado más de una semana. Esto era inaudito. Fue entonces que recordó la incómoda charla que había tenido con Shichirou días antes. En ese tenso intercambio, descubrió que su Alfa guardaba algunos inhibidores en su despacho, "por si acaso". Con Balam fuera por un encargo del director, Kalego no tuvo más opción que llamarlo por celular para explicarle la situación y solicitar ayuda con urgencia.
Balam, al recibir la llamada, corrió como alma que lleva el diablo, ya que había intentado indicarle a Kalego dónde estaban los supresores, pero parecía no entenderlo. Por suerte, desde hacía un mes, había instalado en su propia máscara un pequeño artefacto para estos casos; de este modo, las feromonas no llegarían a él. Al llegar abrió la puerta con todos los cuidados necesarios. La escena que se desplegó ante sus ojos fue más allá de lo que podría haber imaginado.
Kalego había improvisado un nido con las pertenencias de Balam. Las batas del biólogo demoníaco, junto con algunas otras cosas, conformaban una especie de refugio en el que Kalego se acomodaba, buscando consuelo y alivio, y para su tranquilidad parecía que había surtido algo de efecto. La expresión de su Omega era una mezcla de incomodidad y necesidad, pero por suerte, no dolor y Balam pudo notar el rubor que teñía las mejillas de Kalego ante la situación embarazosa.
El biólogo demoníaco, aunque sorprendido por la escena, se contuvo y, con la serenidad que lo caracterizaba, se acercó a Kalego.
— Parece que te has acomodado bastante bien... — comentó Balam con una mezcla de diversión y complicidad, al tiempo que le entregaba a Kalego uno de los supresores que necesitaba.
Kalego, avergonzado pero agradecido, aceptó el supresor y se apresuró a utilizarlo, sintiendo cómo la incomodidad cedía ante el alivio. Balam, por su parte, con cuidado, comenzó a recoger las pertenencias dispersas y acomodarlas en su lugar original. La incomodidad en el aire era palpable, pero Shichirou no pudo evitar sonreír ligeramente ante la peculiaridad de la situación. En ningún momento se alejó de su Omega, pero tampoco quería invadir su espacio personal.
Ante la incomodidad latente, Kalego, con timidez, rompió el silencio.
— Shichirou.... tengo... frio...
Las palabras de Kalego resonaron en los oídos de Balam, quien sintió un cálido cosquilleo en el pecho. Sabía que su Omega nunca diría directamente que lo necesitaba, pero verlo expresar de alguna manera su deseo de tenerlo cerca le parecía increíblemente tierno. Se acercó con su abrazo, no solo para ofrecer calor físico sino también para envolver a Kalego en esa sensación reconfortante que siempre estaría allí para él.
Los minutos pasaron en silencio, mientras ambos disfrutaban de la cercanía. Finalmente, Kalego rompió el silencio.
— Gracias... yo... a veces no sé, cómo tu...
Balam sonrió bajo su máscara, acariciando suavemente el cabello de Kalego.
— No necesitas decirlo en palabras, Kalego. Tus pequeñas señales son suficientes para mí.
Kalego asintió levemente, sumergiéndose en la seguridad del abrazo. Balam, por otro lado, no pudo evitar pensar en lo especial que era ese momento. A lo largo de los años, su relación había pasado de ser simplemente colegas a convertirse en algo más profundo. La complicidad y el entendimiento mutuo entre ambos eran tesoros que atesoraba más allá de cualquier título.
En su mente, Balam reflexionaba sobre cómo, a pesar de sus diferencias, encontraban formas de complementarse. Su instinto protector y científico chocaban y se fusionaban de maneras que no habría imaginado. Se preguntó cómo habría manejado la situación si no hubiera estado allí para Kalego. La idea le resultaba insoportable.
— Balam, ¿alguna vez te has sentido... asustado por todo esto? —preguntó Kalego tímidamente.
Balam se detuvo un momento antes de responder, considerando la pregunta.
— Claro, Kalego. Me asusta, pero no cambiaría nada de esto. Estoy aquí porque quiero estarlo, en los buenos y malos momentos.
Kalego sonrió, apreciando la honestidad de Balam. Sabía que su relación era un terreno desconocido para ambos, pero estaba decidido a explorarlo juntos, superando temores y descubriendo nuevas capas de conexión...
Ambos compartieron una mirada cómplice, conscientes de que habían decidido esperar antes de dar el siguiente paso. Balam pensó en la paciencia y comprensión que eso requeriría, pero estaba dispuesto a aguardar el tiempo que fuera necesario para que Kalego se sintiera cómodo.
Por su parte, Kalego reflexionó sobre lo afortunado que se sentía al tener a Balam a su lado. Balam era su destinado, y no quería arruinar nada precipitándose. La confianza y la seguridad que encontraba en los brazos de Balam eran suficientes para él en ese momento...
---------------------
Autora: Amo a estos dos, y me gusta su modo de ser, nunca he hecho un lemon en mi vida... y quizás en este fic sea el primero, pero... antepongo los sentimientos antes de lo puerco. Lo siento, soy romántica... así que habrán más cosas tiernas se "sepsuales" :P beshush.
![](https://img.wattpad.com/cover/357365831-288-k460097.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sinfonía de Secretos (Balam x Kalego) Omegaverse
FanfictionRelatos cortos como parte del Reto (Omegacembre). La relación de Kalego y Balam es una sinfonía de secretos, donde cada momento íntimo y gesto furtivo se convierte en una nota clave, ejecutada en el más profundo silencio. Su conexión se despliega a...