3. Aroma

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Cedro... ese era el Olor de Balam, su Alfa. Lo envolvía de una manera única y cautivadora. Sabía que Balam siempre había sentido una conexión profunda con el mundo natural, pero este olor específico tenía un significado especial para él.

Cada vez que estaba cerca de Balam, ese aroma se filtraba en su conciencia. Cedro, pensaba Kalego, un olor que irradiaba fuerza y estabilidad, pero también un matiz sutil de dulzura que lo envolvía en una sensación acogedora... hogareña. El olor a cedro de Balam no era simplemente una fragancia agradable; era una representación tangible de la esencia misma de su Alfa. Cuando cerraba los ojos e inhalaba profundamente, podía imaginar los bosques antiguos, los árboles robustos y la serenidad que solo el cedro podía proporcionar; lo tranquilizaba de una manera única y se sentía absolutamente relajado y seguro, Balam... era su lugar seguro. Siendo un demonio cánido, para el, los olores tenían unos significados más profundos, eran portadores de identidad y pertenencia.

Observaba a Balam mientras este leía un libro a su lado, maravillándose de cómo su presencia llenaba la habitación con ese aroma distintivo. A veces, en momentos como este, Kalego se perdía en sus pensamientos, sumergiéndose en el cálido abrazo olfativo del cedro que emanaba Balam, y en esos momentos, Kalego no podía evitar sonreír, sintiendo que, de alguna manera, ese olor tenía sentido, como si estuviera conectado no solo a la biología de Balam, sino también a la esencia misma de su alma.

— ¿Pasa algo Kalego? Parece que has estado pensando en algo, sentí tu mirada desde hace un buen rato.

Kalego sonrió, tratando de disimular su distracción.

— No te preocupes, Balam. Solo estaba pensando en... cedros.

Balam frunció el ceño, confundido.

— ¿Cedros? ¿A qué te refieres?

— Bueno, he estado imaginando bosques de cedros y su aroma. Es algo que me relaja.

Balam asintió, pero no pudo evitar intuir que había algo más en la mente de Kalego. Después de algunas palabras más, cuando Balam decidió ir a la cocina por algo de té... lo comprendió. 

Camino de vuelta a la sala para acercarse a Kalego, quien algo sorprendido le preguntó que era lo que hacia. 

— ¿Es mi olor? ¿Eso es lo que te ha tenido distraído todo este tiempo?

Kalego asintió algo dudoso, un rubor apenas perceptible coloreando sus mejillas, desviando su mirada... 

— en realidad, es agradable... — respondió intentando quitarle seriedad a aquel asunto

Balam se acercó con una sonrisa, estaba muy feliz en esos momentos...

— Entiendo. ¿Sabes? tu hueles a miel y canela... amo ese aroma, ¿ Te has dado cuenta alguna vez que siempre bebo té con miel y canela?

Kalego titubeó por un momento antes de responder.

—  No lo había notado...

Balam lo miró fijamente antes de continuar y dedicándole una dulce mirada a su pareja le explicó el porqué. 

— ¿Sabes? Desde hace años tomo té con miel y canela. Es mi aroma favorito en todo el universo. Me recuerda a ti, Kalego. Cuando no estás cerca, es una forma infantil de tener algo de ti...

Kalego, ahora completamente avergonzado, solo pudo murmurar:

— Silencio...

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Lo logre... 3er capítulo... cuesta un chingo pero no me voy a rendir. Beshush


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Sinfonía de Secretos (Balam x Kalego) OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora