Parte 3

2.9K 419 19
                                    

Nuevamente eran las 3:30 de la madrugada y él no podía dormir. Había pasado de dar vueltas en la cama a dar vueltas desde la cocina hasta la sala. Se preparó un té, pensando que tal vez algo caliente y agradable le tranquilizaría.

Pero no había funcionado. Nada funcionó para él, por lo que se terminó rindiendo y decidió mejor quedarse tirado en el sofá, esperando a que con el paso del tiempo, sus ojos se comenzarán a sentir pesados por sí solos.

La verdad es que todo era culpa de su estúpido vecino. YoonGi había llegado a su vida para arruinar su viaje, él sólo quería alejarse de la caótica ciudad en la que vivía, quería relajarse en el pequeño pueblo donde pasó tantas vacaciones y días festivos. Ahora, realmente se está planteando el regresar a su casa inmediatamente.

Ha pasado una semana, no ha vuelto a ver a YoonGi por ningún lado. Llegó a pensar que tal vez se había ido, puesto que durante las noches tampoco veía las luces prendidas de la casa de a lado. Si era así, entonces estaba aliviado, porque durante toda esta semana no dejó de pensar en lo que había pasado.

Era suficiente con tener que lidiar con la vibra tan rara que rodeaba al tipo, no estaba en condiciones de soportar el susto que le dio aquella noche. Dios mío, ¿cómo no pensar en qué es un psicópata? Literalmente se metió a su casa en la madrugada sin autorización, se escabulló en su cama y durmió con él como si fuera lo más normal de la vida.

Lo peor de todo es que incluso él se quedó dormido, cuando se supone que debió haber perdido el sueño, saltar de la cama del miedo o hacer cualquier otra cosa. Pero no lo hizo, en cambio, durmió plácidamente como por arte de magia.

Luego de lo que YoonGi le había dicho aquella mañana, no había dejado de pensar en eso hasta el día de hoy. El tipo había mencionado algo acerca de su niñez, como si se hubieran conocido desde antes, cuando claramente JiMin no recuerda absolutamente nada de haberlo conocido.

¿Invitarlo a su casa a dormir? Eso nunca había pasado, ni en su niñez, ni en su adolescencia, ni ahora. Joder, había dejado que un loco entrará a su vida, y lo peor de todo eso es que no dejaba de pensar en él.

Es  como si Min YoonGi se hubiera llevado su sueño, su alma, su mente, todo de él, porque ahora no puede sacarse de la cabeza lo que ese tipo le dijo, ni tampoco su rostro. Sus facciones, la sonrisa descarada que tenía en el rostro por la satisfacción que estaba sintiendo aquella mañana.

Dios, lo odiaba.

Sus pequeñas vacaciones estaban siendo atormentadas por un loco, y no sabía cómo lidiar con ello. La navidad estaba a sólo una semana y la desesperación de todo lo que estaba pasando no le dejaba disfrutar como tal.

Despues de que el sol salió y la mañana llegó, quería salir a hacer algunas compras, aunque no tenía muchas ganas de hacerlo, tenía que, pues no podía quedarse sin provisiones durante toda la semana.

—Esto es una tortura — murmuró, recogiendo la bolsa que solía agarrar para hacer sus compras —. Creo que hoy traeré algo de helado.

Aunque estaba nevando, como casi siempre, eso no evitaría que degustara de un gran bote de helado. Amaba comer frío a pesar de estar helado de los pies a la cabeza. El helado siempre le hacía sentir mejor, y la situación en la que se encontraba lo ameritaba.

Tomó las llaves que estaban arriba del refrigerador y se terminó por abrigar correctamente antes de caminar hacia la puerta de la casa. Revisó por última vez sus cosas antes de salir, cuando un sonoro ruido en el piso de arriba le hizo detenerse.

Se quedó congelado por un segundo en la misma posición, preguntándose internamente si había escuchado bien o no, pues no recordaba haber dejado algo en mala posición como para que se cayera. Por alguna extraña razón, su corazón comenzó a agitarse y golpear con fuerza desde adentro de su pecho.

LITTLE CHILDREN | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora