LITTLE CHILDREN | YoonMin

Parte 1

Debe estar en un sueño. Sí, por supuesto que tiene que ser eso; un sueño. No puede ser real que de pronto todas las luces de la casa se hayan apagado, porque si fuera así, ¿de donde viene aquella luz roja que ilumina gran parte de la sala?

No sabe si ya se volvió loco, lo último que recuerda es que puso una película y debió haberse quedado dormido, pues aún puede escuchar el coro de Once Upon a Dream, y de alguna manera, la canción se escucha lejana.

Si esto es un sueño, entonces tiene que ser el sueño más realista en el que ha estado. Porque todo se siente tan real, pero no recuerda haberse dormido en el suelo de la sala principal, él estaba en el sofá y ahora mismo se encuentra acostado sobre el frío piso alfombrado.

Se siente perdido, siente que no está en todos sus sentidos pero no entiende por qué se siente así, tan perdido y tan lejano a la realidad incluso si toca el suelo y se siente firme. Para él no hay explicación alguna.

Se levanta del suelo de forma lenta, observando detrás de él, exactamente hacia el lugar de donde proviene aquella luz. Los copos de nieve caen afuera de la casa y todo lo que él hace es inconscientemente, pues comienza a caminar en aquella dirección.

La música sigue sonando, cada vez que se mueve, se escucha más fuerte y clara.

Llega a la puerta corrediza y la abre, dejando que el frío aire y los copos de nieve le toquen el cabello. Se queda estático en su lugar, todavía no ha salido por completo de la casa, hay algo que se lo impide.

Tal vez el miedo, pero la intriga es más grande.

Parpadea rápidamente y en el último parpadeó, cuando sus ojos de abren, un grito se ahoga en su garganta al darse cuenta de que por más que lo intente, no puede gritar. Sus ojos se abren con pánico, un pánico enorme, quiere salir corriendo, quiere meterse en la cama bajo las sábanas y rezar. Pero en cambio, todo lo que hace es caminar.

Avanza fuera de la casa, sus descalzos pies tocan la capa de nieve que ya ha caído, pero parece que no le molesta en absoluto. Afuera puede sentir el aire correr con fuerza y los copos se agitan rápidamente, pero él todavía no se detiene.

A cada paso lento que da, la canción se sigue repitiendo y no sabe si sentir que todo es culpa de esa estúpida canción.

Cuando estira su mano en dirección a lo que hay delante de él, se da cuenta de que no hay absolutamente una gota de miedo en su sistema. Sólo quiere tocarlo un poco.

De pronto, puede sentir que algo lo empuja con suavidad desde atrás, haciendo que su cuerpo se pegue por completo al de aquélla criatura. JiMin no huye, porque no tiene razón alguna para huir.

Está perdido en aquel sueño tan real, que lo único que hace es escuchar la música y recostar su cabeza sobre alguna parte del cuerpo de aquélla cosa. Le dobla el tamaño, por lo que JiMin no sabe en qué está recostado, sus brazos de aferran al cuerpo frente a él y aunque no es igual al cuerpo humano, no teme, y se deja envolver por unos brazos.

No está seguro si esos brazos son de aquélla criatura, pero de lo que sí está seguro es que... han comenzado a moverse.

Sus pies se sienten ligeros, sus ojos se cierran por completo y se deja guiar por aquella extraña criatura.  Deduce que las manos que lo abrazan de la cintura, no son de aquélla cosa, pues no puede sentir un rastro de pelo, casi como el que tiene en todo su cuerpo.

No le importa en lo más mínimo estar abrazo a lo que sea que sea eso. La criatura es grande, tiene cuernos y su cuerpo es peludo, pero lleva ropa encima y eso de alguna manera hace que JiMin se sienta cálido contra él.