Lo que los ojos no ven.

Capítulo 5

Llegamos a nuestra habitación,  mi hermano se recuesta en la cama y yo decido hacer lo mismo. Ha sido verdaderamente un día agotador y a pesar de que son alrededor de las nueve y media de la noche, estoy agotada y lo único que quiero ahora mismo es descansar. Me giro y me encuentro a mi hermano casi dormido encima de la cama, por lo que me levanto, le meto debajo de las mantas y le deseo buenas noches, aunque sé que es prácticamente imposible que las noches sean buenas a partir de ahora.  Finalmente, caigo rendida encima de mi cama y me duermo.

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Oigo sollozos, no sé de quién, no sé si son producto de mi imaginación o lo que es, pero todas mis dudas se disipan en cuanto me giro suavemente y veo a mi hermano frotándose los ojos y  llorando a moco tendido. Decido no decirle nada y seguir haciéndome la dormida. Entonces, mi hermano comienza ha hablar muy en bajo, parece estar delirando, pero no, lo único que consigo entender es, <<Papá, mamá, espero que me estéis oyendo desde el cielo, sé que habéis sido los mejores padres del mundo, y que habéis hecho todo lo posible para hacernos la vida más fácil, por eso sé que estáis en la mejor parte del cielo por ser las personas más amables, y buenas del mundo, lo único que quiero es que nos cuidéis a Laura y a mí desde el cielo, y perdonarme por.... >> de repente llaman a la puerta, mi hermano se sobresalta de la cama y yo pego un pequeño grito. Miro a mi hermano, y le indico que se siente en mi cama mientras voy a abrir la puerta, no sé quien será pero desde luego, nos ha pegado un buen susto. Me levanto, me dirijo despacio hasta la puerta, y agarro el frío y sucio pomo para poder abrirla. Nada más abrirla, veo una niña de unos diez años de edad, tiene unos ojos verdes claros y un cabello muy rubio. Saludo a la niña con una voz débil y lo más alegre que puedo, dicha niña me devuelve el saludo, y me pregunta si puede pasar, yo acepto y le afrezco una sonrisa cálida, para intentar hacer este momento menos incómodo.       

Lola. - Hola, me llamo Lola, y estaba en el comedor cuando habéis entrado y todo el mundo se ha puesto alrededor vuestro,  - nos sonríe - yo no he ido hacia donde estabais vosotros por que se lo que se siente, es ese momento incómodo en el que no sabes como reaccionar y lo único que quieres es volver a estar en casa.

Me quedo asombrada, aparenta unos diez años y tiene un madurez de una niña que haya pasado por muchas cosas desagradables, y por eso haya conseguido madurar, pero espero que no, que simplemente sea una niña que ha aprendido a madurar a lo largo de tiempo, y no a base de caídas. 

Lola. - Sé que los momentos ahora mismo para vosotros son muy duros, y también sé que estáis cansados por lo que me voy a ir yendo ya, sólo quería deciros que si necesitáis cualquier ayuda recurrir a mí, que estaré encantada de ayudaros.

Su sonrisa de amabilidad, sus ojos verdes claros se iluminan en cuanto la digo que no tendremos ningún problema en recurrir a ella y que muchas gracias por esta ayuda, que se agradece mucho ,ya que ha sido un golpe muy duro para nosotros dos,  y que contaremos con ella como una amiga.

- Por cierto Lola, yo me llamo Laura que se me había olvidado decírtelo, y él es mi hermano Lucas. - la devuelvo una amplia y cálida sonrisa.

Lola. -  Encantada de conoceros entonces, bueno me voy ya que como me descubran y vean que no estoy en mi habitación me voy a meter en un lío gordo, y más a estas hora, en fin encantada de conoceros por segunda vez y hasta luego.

Lola sale de la habitación y cuando me doy la vuelta mi hermano vuelve a estar completamente dormido, y yo intento hacer lo mismo, por que en pocas horas, seguramente nos tengamos que levantar para ir a casa y recoger nuestras pertenencias, no me quiero imaginas lo que pasará, y no sé cómo reaccionare al ver todos los recuerdos y fotos de familia.

CONTINUARÁ ...

Este capítulo va dedicado a una de las personas que me están ayudando mucho con esta pequeña novela, esa persona es CloseYourOrto , muchas gracias por toda tu ayuda :)