Ya había pasado un año desde que me había convertido en genin y mi hermana en jounin a los 16 años gracias a sus grandes habilidades y yo ahora era chunin.
Estaba paseando por la calle dirección a mi casa después de una ardua tarde de entrenamiento con mi padre cuando me choque contra alguien.
- ¡Mira por dónde vas! - le dije furioso pero al levantar la cabeza me quede sin palabras al ver que me había chocado con una chica de mi edad y que tenía el cabello corto y blanco con reflejos azules y unos profundos ojos rojos que me miraban como si pudieran mirar dentro de mí y descubrir cualquier cosa.
- ¡Mira tú por dónde vas no es mi culpa que vallas distraído!, además... eh hola... ¿me estás escuchando? - dijo mientras pasaba su mano delante de mi cara.
- Hay por Kami que lo he dejado bobo y todo por su culpa que voy hacer - decía mientras rogaba a Kami que la perdonara mientras que yo me quedaba sorprendido de los rápidos cambios de humor que tenía.
Cuando recobré un poco la conciencia me di cuenta de lo estúpido que debería verme sonrojado y paralizado delante de esta chica.
- Eh que no me he quedado bobo ni ha sido mi culpa, la culpa ha sido tuya por ir mirando las nubes.
- ¿Qué la culpa ha sido mía? Perdona mi atrevimiento pero eres un egocéntrico y un engreído.
- Eres una molestia - le dije sin importarme lo que me contestara ella, y seguí caminando hacia mi casa.
Cuando llegué a la mansión Uchiha...
- Ya estoy en casa - dije mientras entraba.
- Hola Itachi - dijo mi madre con una sonrisa mientras mi padre me respondía con su característico monosílabo.
- Itachi mañana van a venir a cenar unos amigos nuestros y su hija - dijo mi madre mientras yo asentía con la cabeza para después sentarme al lado de mi padre a cenar.
Cuando terminé de cenar me sorprendí mucho al escuchar la pregunta que me hizo mi madre.
- Itachi, ¿tú no sabrás donde está Sarada verdad? Es que hace muchos días que no cena en casa y estoy muy preocupada - dijo mi madre mientras mi padre empezó a poner interés a la conversación.
Claramente yo sabía que mi hermana se veía todas las noches con Boruto, el hijo del séptimo, pero ella me obligó a prometerle que no se lo diría a nuestros padres ya que si mi padre se enteraba estallaría y mataría a quien hubiera osado tocar a su hermosa hija aunque a mí eso no me interesaba en absoluto.
- No lo sé, a lo mejor está en una misión - dije intentando disimular lo mejor posible.
- Itachi ya he hablado con Naruto y me ha dicho que no la ha mandado a ninguna misión esta semana - dijo mi padre mirándome como si supiera que le estaba mintiendo.
La verdad es que mi padre en cualquier momento podría utilizar el sharingan en mí y averiguar toda la verdad, pero no lo hacía porque mi madre le prohibió utilizar el sharingan en nosotros y lo amenazó con enviarlo todo un mes al hospital, por lo que mi padre no tuvo más remedio que obedecerle ya que tenía cierta debilidad cuando se trataba de mi madre y de nosotros.
- Bueno Itachi da igual ya hablaremos con ella cuando vuelva... Buenas noches Itachi - dijo mi madre mientras me daba un beso en la frente.
- Mama ya no tengo cinco años - le dije enfadado mientras ella se reía y mi padre ponía su media sonrisa.
- Buenas noches mama... Buenas noches papa - les dije.
- Hmp - dijo mi padre aunque yo sabía que era un "buenas noches".
Subí las escaleras y me fui a mi habitación, me duché, me puse el pijama y me acosté en la cama sin poder dejar de pensar en aquella extraña molestia con la que me había chocado y no se había comportado como las demás chicas cuando me veían.
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Sasusaku - La familia Uchiha
Lãng mạnSakura está a punto de dar a luz en el hospital de konoha, y Sasuke está ansioso por entrar y confirmar que todo ha salido bien, pero nunca se imagino la sorpresa con la que se encontraría al entrar por la puerta.