Hoy era Nochebuena y mi madre argumentándose de que a su pesar cada vez se hacía más vieja ha organizado una cena familiar en la mansión Uchiha. Había que reconocer que no me hacían mucha ilusión las reuniones que organizaba mi madre pero no podía contradecirla ya que tenía muy malhumor.
Estaba tranquilo en mi cama, tumbado y abrazado por una durmiente Nami hasta que empecé a escuchar fuertes sollozos de la habitación contigua.
- Itachi – me dijo adormilada Nami – ves a ver que le sucede.
Me levanté de la cama y fui a ver que le pasaba.
Cuando llegué...
- Sasuke, deja de llorar que tú mamá está muy cansada y quiere dormir – le dije a nuestro hijo mientras lo cogía para que parase de llorar.
Y por arte de magia dejó de llorar, era increíble, cuando se trataba de su madre enseguida se tranquilizaba. Aún me acuerdo de la primera vez que lo vieron mis padres.
Mi madre se puso a llorar de la emoción cuando lo vió y mi padre directamente se desmayó. La verdad es que no tuvimos muchos problemas en encontrarle un nombre ya que tenía los ojos azabaches y el pelo negro con destellos azules como mi padre por lo que le pusimos el nombre de Sasuke, aunque mi padre al recobrar la conciencia se negó, mi madre le hizo entrar en razón con un golpe que lo mandó otra vez a la inconsciencia. La verdad es que compadecía mucho a mi padre.
Cuando terminé de dormirlo, volví a mi cuarto.
- Itachi, ¿por qué lloraba? – me dijo Nami un poco preocupada.
- Seguramente tenía hambre pero como ya es casi la hora de desayunar lo he dormido otra vez.
- Pues voy a bajar a hacer el desayuno – me dijo medio zombi.
- Pero si no – le empecé diciendo.
- Cállate, te dije que voy a bajar, no me contradigas – me ordenó por lo que le di la razón ya que aún tenía las hormonas alborotadas por lo del embarazo.
Una vez que me duché para despejarme, bajé al salón para desayunar.
- Itachi, esta mañana tengo que ir a una misión así que necesito que te quedes cuidando a Sasuke – me dijo mientras me besaba.
- Nami que te he dicho – le dije enfadado – sólo han pasado tres meses desde que nació Sasuke y ya quieres volver a hacer misiones.
- No me reniegues, sabes que yo no soy una de esas chicas de las que se quedan en casa esperando a que su marido vuelva con dinero y le espere con los brazos abiertos.
- Yo no quiero que hagas eso, pero deberías quedarte cuidando a Sasuke ahora que es pequeño – le dije intentando convencerla.
- Sólo es esta vez – me dijo mientras trazaba un camino de besos por mi cuello.
- No – le dije intentando conservar la calma.
- Por favor – me dijo ronroneando en mi oreja por lo que me derrumbé.
- Es la última – le dije a regañadientes.
- Gracias Itachi – me dijo mientras me daba un beso para después coger a Sasuke, darle dos besos y ponerlo sobre mis piernas.
- Adiós chicos – dijo para después salir por la puerta.
Una vez que se fue, miré a Sasuke a la cara y pude ver unos ojos que reflejaban un aire de inteligencia no característico en un bebé.
- Ahora que hacemos Sasuke – le pregunté a mi hijo, aunque sabía que no hablaba aún.
Al ver que estaba comenzando a agobiarse lo saqué al jardín para que le diera un poco el aire y se moviera aunque fuera gateando. Al dejarlo en el suelo se fue directamente al árbol de cerezo que teníamos para coger uno de sus pétalos y comenzar a jugar con él.
El resto de la mañana se pasó rápida, tuve que preparar hasta la comida porque Nami se había retrasado y cuando llegó me dijo que se había entretenido con mi madre arreglando algunas cosas para la cena de esta noche.
Comimos y el resto de la tarde nos la pasamos arreglándonos para la cena, yo me habría vestido en media hora pero Nami no paraba de sacarme imperfecciones diciendo que teníamos que estar perfectos. Miré al pobre Sasuke que estaba sobre la cama mirándome con una cara de terror al ver los vestidos que sacaba su madre para él. Al final, fue él mismo el que lo eligió, y a decir verdad no estaba nada mal con ese traje azul marino con el abanico Uchiha sobre la espalda. Nami se había puesto igual de hermosa que siempre aunque ya lo era sin ese vestido. Llevaba un vestido azul marino con unos tacones de por lo menos 5 cm, y llevaba el pelo recogido con una horquilla. Yo llevaba simplemente un traje negro que me había hecho comprar Nami argumentando que esta era una ocasión especial.
- Nami te ves preciosa – le dije mientras le daba un beso.
- Tú también te ves muy lindo Itachi – me dijo riéndose.
- Hmp – le dije avergonzado.
- Tú también te ves muy mono Sasuke, seguro que de mayor serás igual de guapo que tu padre y llevarás a las chicas locas – le dijo con una sonrisa.
- Hmp – dijo Sasuke con una cara que mostraba su enfado por lo que me sorprendí mucho.
- Sasuke has dicho tu primera palabra – le dijo su madre contenta mientras daba vueltas con él.
La verdad es que no me sorprendía mucho que esa fuera su primera palabra ya que aunque acababa de nacer, pasaba mucho tiempo con mis padres pero sobretodo con mi padre ya que este no se separaba de él aunque no mostrase muy abiertamente sus sentimientos. También podría haber sido su primera palabra zanahoria ya que el día que vinieron Karin y Suigetsu a conocer a su nieto este no paró de llamarle zanahoria a su esposa delante de Sasuke.
Una vez que Nami se tranquilizó al oír la primera palabra de nuestro hijo nos fuimos a casa de mis padres ya que no queríamos llegar los últimos.
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Sasusaku - La familia Uchiha
RomanceSakura está a punto de dar a luz en el hospital de konoha, y Sasuke está ansioso por entrar y confirmar que todo ha salido bien, pero nunca se imagino la sorpresa con la que se encontraría al entrar por la puerta.