Cuando llegamos a la mansión Uchiha, tocamos y nos abrió una alegre Sakura.
- Hola Itachi, Nami ¿cómo está el pequeño Sasuke? - dijo mientras lo cogía en brazos para después hacerle carantoñas.
Era sorprendente lo contenta que se ponía mi madre al ver a sus nietos y eso me hacía muy feliz, porque ella lo era.
- Buenas Sakura - dijo Nami.
- Hola mamá - dije.
- Perdón por el retraso pe - comenzó diciendo Nami pero la interrumpió mi madre.
- No habéis llegado tarde, no os preocupéis - nos dijo con una sonrisa - pasad que dentro están tu padre con Sarada, Boruto y Naruto.
Cuando entré a mi antigua casa vi que mi padre estaba sentado con Naruto sobre sus piernas mientras le cogía un mechón de pelo negro, y mi hermana y Boruto estaban sentados al frente hablando sobre algo.
Nami y yo saludamos a todos y nos sentamos a conversar con ellos.
- De verdad que este Naruto ni siendo hokage madura - dijo mi madre enfadada.
- Ni mis padres con la edad, son unos inmaduros - se le unió Nami.
- Ya verán cuando lleguen - dijo mi madre levantando su puño.
- Tienes razón - le apoyó Nami con fuego en los ojos.
- Tranquilizaros que solo han pasado cinco minutos de la hora de reunión - dijo mi hermana intentando tranquilizarlas.
Ellas siguieron hablando sobre cosas de chicas en la cocina mientras dejaban a los niños jugando en el jardín.
Con nosotros...
- Qué tal con Sasuke - me preguntó Boruto.
- Muy bien, no llora casi nada - le dije con orgullo ya que sabía por los insomnios por los que había pasado él con su hijo.
- Qué suerte - me dijo apenado.
Oímos como tocaban la puerta para después ver pasar un borrón rosa a una velocidad inhumana.
Cuando entran al salón...
- Hola gente - dice Suigetsu muy contento pero al instante su esposa le golpea en la cabeza.
- Suigetsu sé respetuoso - le grita Karin - hola - nos termina diciendo ya más calmada y con una sonrisa.
- Itachi, ¿dónde está Sasuke? - me dice Karin ansiosa ya que había pasado un mes y medio desde la última vez que lo vió.
- Está jugando en el jardín con Naruto - no hizo falta decirle que era mi sobrino ya que si fuera el séptimo estaría haciendo escándalo por la casa.
Una vez se lo dije, Suigetsu y Karin se fueron a verlos, para después venir Suigetsu con una sonrisa.
- Como se nota que es tu nieto - dijo Suigetsu a mi padre - ya diciendo hmp - dijo riéndose.
- Hmp - le respondió mi padre contento por la noticia.
Suigetsu se puso a hablar con Boruto mientras mi padre y yo los escuchábamos, pero pasados diez minutos una nube de humo se instaló en medio de la sala para después en un segundo ver a una Hinata un poco avergonzada y una Sakura casi matando al séptimo.
- Naruto cómo se te ha ocurrido llegar tarde - le gritó mi madre mientras le daba un golpe.
A causa del alboroto que estaba causando mi madre entraron Nami, Sarada y Karin al salón.
- Sakura lo sentimos, pero es que Naruto hoy tenía mucho trabajo - dijo Hinata intentando salvar a su esposo.
- Me lo creo porque eres tú Hinata - dijo mi madre con una sonrisa - entonces sólo falta Himawari.
- No podrá venir dattebayo - dijo riendo - es que está en Sunagakure porque el hijo de Gaara y Matsuri la invitó a cenar - dijo ya más serio.
- Qué - gritó mi madre sorprendida.
- Se veía venir - dijo mi padre sonriendo.
- No tiene gracia teme - dijo el séptimo.
- No me digas teme, dobe - dijo mi padre.
- Teme.
- Dobe.
- Te - pero se vió interrumpido por mi madre porque golpeó su cabeza contra la de mi padre.
- Callaros los dos - gritó mi madre.
Todos nos reímos ya que esto es lo que solía pasar cuando el antiguo equipo siete estaba reunido.
- Bueno vayamos a por los niños que ya es hora de cenar - dijo Sarada aún riéndose.
- Sí, tienes razón - le apoyó Nami.
Fuimos todos juntos a por Sasuke y Naruto pero al llegar los encontramos a los dos llorando sentados en el suelo y con el sharingan en sus ojos. Las madres fueron a recoger a sus hijos para protegerlos de cualquier peligro. Mientras tanto todos los demás nos preparamos para luchar pero el séptimo nos dijo que no sentía ningún otro chakra alrededor por lo que nos relajamos todos del susto.
- Papá por qué Naruto y Sasuke han despertado el sharingan - preguntó mi madre preocupada.
- No lo sé, a lo mejor se han asustado y por instinto lo han despertado para protegerse - dijo mi padre.
Una vez todo aclarado volvimos adentro para cenar y cuando terminamos nos dispusimos a abrir los regalos que habíamos comprado para los demás.
Nosotros les compramos a nuestros padres unas vacaciones para que se relajaran y desconectaran. Ellos nos regalaron ropa para Sasuke de todo tipo pero el regalo que más nos sorprendió fue la katana con el símbolo Uchiha que le regaló Suigetsu para cuando fuera más mayor. La familia de mi hermana nos regaló una yukata azul marino para mi, una blanca para Nami y otra negra con bordados azul marino para Sasuke. Nosotros les regalamos juguetes para Naruto y ropa para Boruto y mi hermana. El séptimo y su esposa nos regalaron un año sin misiones ya que era época de paz, y una bufanda para Sasuke tejida por Hinata a la cual le había bordado el símbolo Uchiha. Nosotros le regalamos al séptimo ramen de kirigakure para todo un año y a Hinata le regalamos una yukata lila con el símbolo Uzumaki en la espalda.
Cuando terminamos de darnos el resto de todos los regalos...
- Gracias a todos por esta noche maravillosa espero que la hayáis disfrutado tanto como yo - dijo mi madre emocionada mientras se sentaba sobre las piernas de mi padre.
- De nada dattebayo - dijo el séptimo llorando.
- Baka - le dijimos todos sonriendo a la vez por lo fácil que se emocionaba.
El resto de la noche la pasamos hablando entre risas y bromas de todo tipo, nos limitamos a reír y a disfrutar, ya que éramos una gran familia.
ÉRAMOS LA FAMILIA UCHIHA.
Este es el final de esta historia para mi pesar. Quiero daros las gracias a todos los lectores que han seguido esta historia, ya que sin vosotros no existiría porque en un principio era un one-shot. Espero que os haya gustado.
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Sasusaku - La familia Uchiha
RomanceSakura está a punto de dar a luz en el hospital de konoha, y Sasuke está ansioso por entrar y confirmar que todo ha salido bien, pero nunca se imagino la sorpresa con la que se encontraría al entrar por la puerta.