#8: Un intruso

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"Cuando la tormenta te hace pedazos, puedes decidir cómo volverte a armar"



Bryant H. McGill.








































Un maldito, estupido y horrible déjà vu.

—No quiero— dije —No, no, no, no, me rehuso—

¿A quién le hablaba? Ni yo sabía, pero realmente no quería volver a vivir esto. No importaba si esta vez sabía que era un sueño, me negaba rotundamente a la idea de volver a ver a mis amigos muertos.

Me di media vuelta y corrí, corrí con todas mis fuerzas, hasta quedarme sin aliento y aún así seguí corriendo, pero no importó porque cuando di media vuelta para mirar atrás cuanto había avanzado, me di cuenta que ni un solo centímetro, seguía exactamente en el mismo punto en el que comencé a correr. El camino hacia donde corría tenía un final que parecía demasiado distante, por el contrario del que quería evitar que era demasiado corto.

Pensé con detenimiento que hacer, digo, no estaba seguro de que pudiera despertar haciendo algo en especifico, y menos si no seguía el curso del sueño. Esta era mi maldita mente pero no podía controlarla, era una mierda. Decidí enfrentarme a mis miedos, después de todo, esta vez yo sabía que estaba pasando, sabía quien era y a quienes tenía. Inhale y exhale para tomar valentía y comencé a caminar.

Llegue a una habitación oscura, esta vez solo había un espejo, me acerqué a él con cautela y lo que reflejaba no era tan horrible como la primera vez que lo vi. Era yo, con colmillos afilados y largos, mi pelo despeinado, grandes ojeras y piel pálida; me crecían garras donde debían estar las uñas. No, realmente no era yo, era Ryhs, pero al parecer con garras y dientes afilados.

—Ryhs— lo llamé —¿Estás ahí?— giré a todos lados mi cabeza intentando buscarlo.

Nada.

Suspire ¿Ahora que se supone que debería hacer? Mire al frente y vi mi reflejo de nuevo, lo revisé con más detenimiento, toqué con las yemas de los dedos los colmillos levantando un poco mi labio, luego los toque con la lengua pues las garras me incomodaban en la boca. Revise mis garras, estiré mi piel, quise recordar cada detalle; esto parecía más bien una especie de combinación entre Ryhs y yo. No tarde mucho en darme cuenta que había algo, o más bien, alguien viéndome desde el fondo de la habitación oscura.

—¿Hay alguien ahí?— pregunté.

Me giré en esa dirección y achine los ojos intentando ver con más claridad.

—Bestia— Respondió lo que sea que me veía.

Fruncí el ceño. Bestia tu abuela ¿Acaso no se había visto en un espejo? A esa cosa solo se le veían dos ojos verdes brillantes.

—¿Quién eres?— pregunté algo irritado.

—Silencio— respondió.

¿Ahora me callaba? Que mal educado ¿o educada?

—Sal de las sombras— demande.

Sueños y pesadillas [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora