𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐎𝐅 𝐃𝐔𝐓𝐘 || 𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 • [𝙁𝙚𝙢 𝙍𝙚𝙖𝙙𝙚𝙧]

♡¡𝘈𝘭𝘦𝘫𝘢𝘯𝘥𝘳𝘰 𝘝𝘢𝘳𝘨𝘢𝘴!♡

(Empezamos fuerte mi gente...)

─── ⋆⋅☆⋅⋆ ──"¡¿Una cucaracha?!"

Advertencias:(Groserías, golpes, susto¿?)
Tipo: Comedia.

Estabas en casita de la familia de tu esposo Alejandro, en una cálida tarde, preparabas la comida con tu suegra y tia de Ale, mientras tu hombre jugaba con vuestra mascota y hablaba con tíos y primos, era una tarde muy divertida, sin llegar a imaginar que algo inesperado y aterrador ocurriese.

—Chicos.— Te dirigiste a la sala de estar, la cual era muy grande, allí se encontraba tu marido, sus tíos y primeros.—Podéis ir acomodando la mesa, la comida estará pronto.— dijiste con una sonrisa, todos sonrieron hambrientos, acatando tu orden menos Alejandro, el cual se acercó a tu persona, con una mirada ladina.

—¿Y si mejor me como algo más?—dijo, sosteniéndote de tus caderas, casi tocando tu trasero.

—Que gracioso eres...venga, apúrate y ayuda a los demás, la comida ya está lista.— dijiste, regalándole un pequeño beso en los labios.

—Bien, pero tómalo por hecho que mi propuesta sigue en pie.— dijo riéndose, dándote un besito en el cuello para luego alejarse un poco, alcanzando a darte una nalgada.

Te sobresaltas, y te sonrojas un pelín, miraste a todas partes, ya no estaba allí.

Finalmente llegó la hora más ansiada por todos; la hora de comer.
Cada uno se sentó en su lado correspondiente, obviamente, Alejandro se sentó a tu lado.

Habías preparado junto con tu suegra y tia de Alejandro, una comida muy representativa de su país; Los tacos al pastor.

—Alejandrooo! No sabía que tu mujer tenía dotes culinarios, carnal.— Halagó uno de sus primos.

—Órale! La cosa le ofenderá, pero no sé emocionen, nunca le ganarán a mi mujer.— dijo tu suegro, alardeando por todo el lugar.

—Es muy cierto, señor Vargas, su mujer es una excelente cocinera.— dijiste, sonriendo, Alejandro te dió un pequeño golpe en el hombro.

—No tienes que ser tan educada, ya eres parte de la familia, ¿Lo sabías?—Dijo tu marido, tu suegro ríe junto con tu suegra.

—Eres nuestra nuera, tranquila!— dijo tu suegro, con una sonrisa.

—Ya callate pendejo, la asustas.—Dijo la señora Vargas.

Finalmente todos probaron la comida, gozando del sabor y el amor que subjetivamente contenían los tacos.

—Te amo, esto sabe increíble.— dijo Alejandro, besándote en la mejilla.

—Aver, no coman delante de los pobres, xfi.— chilló la prima de tu marido, tu reíste ante tu comentario.

De repente, uno de los familiares fue a la cocina, a lavar su plato, mientras todos comían, conversaban y disfrutaban, hasta oír un grito de parte de aquel familiar.

Aquel familiar era la Gran Adorada Abuela de Alejandro.

Tu marido en menos de un segundo fué a ver qué sucedía, junto con otros primos, tu te preocupaste, siguiéndolo, los demás fueron también a ver qué sucedia.

Vuestra peor pesadilla....Una..¿¡Una cucaracha!?

—Amén, la guadalupana..—Dijo Alejandro.

—Quién va?—
Entre todos se miraron, y de repente todas las miradas se fueron a ti.

—Que vaya la esposa de Alejandro!— dijo la tía venenosa.

—Disculpa?! Mi mujer no va a ningún lado!—

—Órale! Entonces ve tú!—Dijo el papá.

—¿¡Y YO PORQUÉ?!— gritó histérico tu marido.

—Tu eres militar we, matala de un balazo no manches.—Dijo un primo.

—Pues si, no mames, pero no voy a matar esa chingadera con una pistola, idiota.—Confesó tu hombre.

—Aver ya, voy yo.— Dijiste, acercándote, Alejandro te miro orgulloso, le temblaban las manos, a todos en general, la abuela te miró y sonrie.

—La única que se atrevió a ayudarme, una grande.—Dijo orgullosa.

—Hostia, si que es grande....Aver! Alguien deme una chancla!— dijiste, la mamá de Ale te tiro la suya, y la atrapaste.

—Tu mujer da miedo, carnal.—Dijo un primo.
—Ya te digo, we.— dijo todo agüitado.

Con valor tomaste la chancla, y al momento de aplastarla....

La chingadera voló.

Alejandro no lo dudó, se acercó rápidamente a su abuela, cargándola, dejándote ahí con la cucaracha voladora.
Sin embargo, tu suegra estaba ahí para ayudarte, tomó la gran escoba roja, con la que solía regañar a tu cónyuge, y, con gran valor, atinó!

Atinó a tu cabeza.
Indignadamente caíste al piso de rodillas, sosteniéndote.
Alejandro vió su vida pasar por los ojos, soltó a la abuela y fué a por ti.
Te sostuvo rígidamente, al menos la cucaracha ya había ido al otro mundo.

No terminó la cena, Alejandro te cargo de manera nupcial hacia la cama, mientras todos los familiares se acercaban a chismosear.

—Le traeré agua.—
—Yo un pañuelo.—
—Traeré jarabe!—
—¿Estará bien?—
—Pobresita.—
— Pondré su comida a calentar.—
Todo el alboroto se ocacionó de un momento a otro, Alejandro estaba estresado, aveces su familia era un poco... dramática.

—¿Se pueden callar de una chingada vez?—Regañó tu suegra.—Pinches inútiles del carajo, lárguense todos, no sirven para nada, si los veo, les parto su perra madre a todos.— dijo con un tono malévolo.

Alejandro tomó tu mano, sin embargo, el se quedó contigo.

—Má, déjame con ella, porfavor.— dijo, mirándola.

—Bien, pero si necesitan algo..—
—Te llamamos, lo sé..—
—Preocura que ella esté bien.— Dijo tu suegra, para luego retirarse.

─── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

Despertaste, después de un gran sueño, estabas en el cuarto en el que solía dormir tu marido, ahora mismo, él estaba sosteniendo tu mano, mientras dormía sentado.

—Ale, ¡Ale! Perdóname.— dijiste, despertando a tu hombre de su sueño.

—Joder, que susto, pensé que no llegarías a despertar..—

—Me asusté, incluso más que tú.—
—Ya..me imagino, amor.— dices, ríendote.
—Mi madre te preparó tacos, comes cuando te sientas mejor.—Dijo, dándote un beso en la frente.

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Mi primer Hc's de los Boys de COD! Os ha gustado? Seguro hago una parte! Hasta luego.