Alguien de confianza

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Esperaba que el día siguiente fuera mejor, pero no lo fue, tal vez el mismísimo Merlin o Morgana estaban en su contra pero todo le había salido mal. Se había caído antes de entrara al comedor, pasando la vergüenza de sus vida, esperaba una carta de sus padres, no necesariamente con felicitaciones por su estancia en Gryffindor, pero al menos algunas palabras de aliento.

Había todo tipo de deliciosos platillos, pero no le apatecia a ninguno, nuevamente se sentia ajeno a la situación, todo el comedor estaba envuelto entre risas y bromas de sus compañeros, él apenas y picaba la comida de su plato.

Aunque se percato de una mirada sobre él, volteando hacia el lugar de dónde ello provenía y aún con tanto niño pudo observar unos hermosos ojos verdes esmeralda mirarlo con un extraño brillo en ellos, cuando aquel chico se percato de que también lo miraba le dedico una pequeña sonrisa, el chico no estaba seguro pero decidió devolverla.

Su mirada dejo al chico cuando miles de lechuzas comenzaron a entrar al comedor soltando regalos, en las manos de sus respectivos dueños, seguramente enviados por sus padres.

Una pequeña esperanza surgió en su pecho al ver entrar a la lechuza de su familia, tal vez sus papás no estaban enojados, tal vez y le enviaban una carta para recordarle que siempre lo apoyarian en todo, o tal vez solo era ilusiones en el corazón de un niño pequeño e inocente.

La lechuza dejo caer la carta en sus manos, era un poco extraña, era roja y tenía un listón vino en vuelta a su alrededor que la cerraba, sus intenciones eran claramente abrirla.

- ¡No, no lo hagas! - Se había escuchado a lo lejos en la última mesa, el grito del joven Potter pero había sido tarde, el listón ya no la cerraba.

- DRACO LICIUS MALFOY, COMO HOZAS SEGUIR LLAMANDOTE MI HIJO, ENTRANDO EN LA CASA DE LOS SUCIOS LEONES, ERES UNA COMPLETA DECEPCIÓN PARA LA FAMILIA MALFOY, SI POR MI FUERA ESTARIA REPUDIADO. TE VEREMOS ESTAS VACACIONES EN CASA, RECIBIRAS UN CASTIGO ACORDE.

Sin más aquella carta de rompió el mil pedazos igual que el corazón ilusionado del pequeño niño, su mami le había gritado, le había dicho que estaba decepcionada, decepcionada de él, ¿Su mami ya no lo quería? Sentía las lágrimas comenzar a caer por sus mejillas hasta perderse en su barbilla.

El comedor se había quedado en un completo silencio después de ello todos lo miraban con pena y tristeza pero había una mirada que sobre salía una de odio, no había el pequeño sino a quienes no estaban presentes y habían enviado aquello.

Esa cosa no era una carta era un "bocifero", había escuchado de ellos, solo se utilizaban cuando querías enviar un mensaje de enojo a alguien o al menos eso había escuchado.

Se sentía mal, eran demasiadas emociones para su pequeño cuerpecito y su corazoncito, así que optó por lo que mente le gritaba en ese momento "corre". Salió corriendo del comedor mientras sollozaba, intentando limpiar sus lágrimas que inevitablemente seguían callendo una tras otra.

Nadie de su casa había salido detrás de él, ¿Que acaso no sentían empatía por él? Eso se preguntaba Harry Potter, el Slytherin más "despreciable" de su casa, al menos para los demás.

Aquellos había comenzado a entablar nuevamente una charla siendo detenida abruptamente por un fuerte golpe que resonó en todo el comedor, "el niño que vivió", era quien había golpeado la mesa con tanta fuerza que se había sacudido.

En su rostro se reflejaba su clara molestia, tanto por el vocifero, como que nadie salió para alentar aunque sea un poco al pequeño niño, aún era un niño, que necesitaba cariño y comprensión.

[Autora: cuando quieres verdad Harry?]

Si nadie salía entonces él mismo lo haría, además le ayudaría para su plan, estará más cerca de ese niño.

petit dragon en porcelaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora