𝙉𝙖𝙫𝙞𝙙𝙖𝙙.
Habían pasado cuatro largos meses desde el inicio de clases, para Harry habían sido los más pesados en sus cinco años de clases, entre partidos de quidditch, sus clases de las asignaturas, proyectos, exámenes, Dumbledore detrás de él, el señor oscuro.
Aunque la mejor parte era cuando veía a Draco, su bello Draco, sus sonrisas y el brillo en sus ojos, le alegraban el día pero también le provocaban ansias, ansiaba tenerle entre sus brazos, complemente suyo, corromper su inocencia, profanar todo él.
Eran pensamientos tan oscuros que aveces se sentía culpable por pensar de aquella manera pero no podía evitarlo, después de todo, una parte del señor oscuro ya hacia dentro de él, aquella parte retorcida de su ser, la que le provocaba sus más oscuros e insanos deseos, aquella que le provocaba la sed de venganza, hacer arder el mundo por la muerte de sus padres, dejar a los Malfoy en la ruina, acabarlos y que dependieran de el solamente para subsistir, sería tan satisfactorio verlos rogar por algo tan simple como lo es la comida.
Pero no era tan malo, al menos no ahora, se conformaría con ver cómo Draco que alejaba cada vez más de ellos, hasta que no pudieran recuperarlo, bueno no sin perder algo más, como dinero, pues sus padres ya no podrían regresar.
Ahora era navidad, una navidad más sin sus padres, pero con sus tíos Sirius y Remus, ellos eran como sus padres, eran increíbles, ese año había decidido pasar la navidad con ellos, llevandose a Draco entre las patas, una forma de decir que se robaría a Draco por esa navidad.
Ahora esperaba paciente a qué Draco bajara con su maleta, estaba tan feliz de tenerlo nuevamente con él, sentía que no podría pasar un momento alejado, hacerlo era como un complemento martirio mucho pero que la muerte.
— ¡Harry! — Le grito feliz del niño lo saco de sus pensamientos, recibiendole con una sonrisa y los brazos abiertos para un abrazo. — Estoy listo.
— Mi dulce niño, te ves hermoso. — Murmuró con una sonrisa ante de dejar un beso en la comisura de sus labios. — Vamos que el tren nos dejara.
Tomo las maletas, suyas y de Draco, comenzando a caminar con el de la mano, apretando está suavemente, disfrutando de la tierna calidez que su mano le proporciona.
¿Cómo es que había conseguido que sus padres lo dejarán ir con él? Fácil, mintió.
Había redactado una carta de parte de su padrino severus, donde le decía que el menor necesitaba clases extras debido a que tenía dificultad con algunas asignaturas, lo que era una total mentira, pues era el mejor de los Gryffindor superando por mucho a la molesta niña Granger, una sabelotodo que siempre intentaba opacar a su Draco sin conseguirlo.
— ¿Blaise no vendrá con nosotros?—Pregunto la tierna voz del niño mientras volvía su mirada hacia él.
— No, el tonto quiere irse con su novio Weasley, para besuquearse. — Explico con burla mientras estaban a apunto de salir hacia los vagones del tren.
— ¿Tu y yo lo haremos algun día? — La pregunta inocente salió sin ninguna doble intención pero rápidamente fue mal pensada por el muchacho.
No podía evitarlo, estaba en lo que los muggles llamaban 'la edad de la punzada', esa edad donde sus hormonas estaba al mil y sus pensamientos eran indecorosos, además de que la parte del alma de Voldemort no ayudaba mucho tampoco.
— Tal vez. — Murmuró sin más respuesta, subiendo al vagón junto a Draco.
Ambos subieron juntos, aunque se suponía que tenían que dividirse por años, Harry hacia lo que le plasia, si quería ir con Draco, iba con Draco.
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petit dragon en porcelaine
Fanfic𝖤𝗅𝗅𝗈𝗌 𝗅𝖾 𝗁𝖺𝖻𝗂𝖺𝗇 𝖺𝗋𝗋𝖾𝖻𝖺𝗍𝖺𝖽𝗈 𝖺 𝗌𝗎𝗌 𝗉𝖺𝖽𝗋𝖾𝗌, 𝗌𝗂𝗇 él 𝗋𝖾𝖼𝗂𝖻𝗂𝗋 𝖼𝗈𝗆𝗉𝖾𝗇𝗌𝖺𝖼𝗂ó𝗇 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗇𝖺, 𝖾𝗇𝗍𝗈𝗇𝖼𝖾𝗌 é𝗅 𝗅𝖾𝗌 𝖺𝗋𝗋𝖾𝖻𝖺𝗍𝖺𝗋𝗂𝖺 𝖺 𝗌𝗎 𝗁𝗂𝗃𝗈, 𝖺𝗌𝗂 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗋𝗂𝖺𝗇 𝖺 𝗆𝖺𝗇𝗈 ¿𝗇𝗈?