𝟐𝟕

105 29 11
                                    

⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵

Matthew abrió los ojos al escuchar la puerta ser azotada por décima vez en la noche. La luz apenas entraba a su habitación, por lo que buscó a ciegas el interruptor contra la pared, fallando en encontrarlo, así que se levantó de la cama y suspiró, pensando que tal vez se trataba de alguna puerta dañada.

Caminó con pereza hasta la salida de su cuarto, asomándose por el pasillo y encontrándose con el final perdido en la oscuridad nocturna. La habitación de Ricky, que estaba frente a la suya, se mantenía cerrada, sin azotarse ni mecerse por el poco viento que entraba. Entonces volvió a suspirar, visualizando sus próximas ojeras por aparecer.

Notó que el golpeteo provenía de la planta baja, fuerte y pausado, creando un distante eco bien reconocido. Se encaminó a las escaleras con tranquilidad, pensando que tal vez el viento era el causante de hacer aquel curioso ruido que no lo dejaba dormir.

Con los ojos semicerrados, lo poco que conseguía ver eran borrones inútiles, lejos de ser formas reconocibles, pero aún así no se esforzó por despertarse bien. Estaba casi caminando dormido.

─ ¿Estás despierto?

Matthew saltó abriendo los ojos de par a par, sin haberse esperado escuchar alguna voz en medio de la noche. Cuando se dio cuenta de que su corazón seguía en su lugar, dentro de su pecho, intentó respirar con regularidad y observó al chico pálido frente a él, que yacía mirándolo en la oscuridad.

─ ¿Qué haces aquí? ─preguntó molesto, más como un reproche que como pregunta.─ ¿No deberías dormir o algo así?

─ No podía dormir. ─comentó con voz suave.─ Una puerta se azotaba, así que bajé a ver.

─ ¿La cerraste? ─el tono agresivo salió con naturalidad.

Pero Matthew ya ni siquiera se encontraba enfadado; ni con Hanbin y ni con Jiwoong. Era extraño, no tenía razones para enojarse con él, pero aún así lograba hacer que aquel muchacho bajara siempre la mirada con una mueca que le producía lástima.

─ ¿Solo bajaste a verla? ─preguntó al verlo negar.

─ En realidad, no me atrevo a bajar solo. ─se apartó señalando la puerta que conducía al sótano.─ No sé si sea mi imaginación, pero me pareció escuchar a alguien llorar.

Las pupilas de Matthew dieron una vuelta con fastidio, aún sabiendo que Jiwoong podía notar su exagerado gesto. No respondió, caminó con pasos fuertes para tomar la puerta y abrirla de un tirón, bajando las escaleras que conducían al sotano con una clara mueca de fastidio. Tomó la perilla de la segunda, deteniéndose un segundo, dudando de lo que iba a hacer.

Se mordió el labio inferior cuando la incomodidad se hizo presente en su pecho. Cerró los ojos tratando de disipar cualquier rasgo de miedo y giró para poder ver a Jiwoong al final de las escaleras, pero él ya se habia ido.

─ ¡Qué valiente! ─murmuró con sarcasmo. ¿Por qué lo había dejado solo? Maldijo bajo y regresó la vista a la puerta, sin querer darle más importancia a Jiwoong y su ausencia.

Los golpeteos eran fuertes, claros ante su recién despertado oído, indudable de saber la procedencia de estos; y empujó la vieja madera sin darle más vueltas al asunto, siendo iluminado simplemente por el triste foco sobre la puerta.

El estómago se le revolvió al ver el negro profundo del sótano. Sin fuente de luz era obvio que estaría en aquellas condiciones, sin embargo, no se imaginó que le causaría tanto malestar e incomodidad. Trató de observar esforzándose, hasta que encontró la puerta que se movía, justo cuando por fin se quedaba cerrada sin más.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora